De los editores
El pueblo de los EE. UU. Ellos han manifestado y marchado en las calles desde que Donald D. Trump se convirtió en presidente al ganar el voto electoral—pero no el voto electoral popular.
Más de cinco millones de personas protestaron el 20 de enero, la inauguración de Trump y el 21 de enero para la Marcha de Mujeres en Washington y más de 500 ciudades de todo el mundo.
Mujeres, hombres y niñas y niños llenaron las calles bajo el estandarte de los derechos de las mujeres, inmigrantes y refugiados. Ellos marcharon por la atención de salud universal y la educación de calidad. Ellos marcharon contra la brutalidad policial y el envenenamiento de nuestras ciudades. Ellos dejaron que sus voces fueran escuchadas fuerte y claramente: La democracia no será pisoteada. Un movimiento nuevo antifascista en los EE. UU. se está desarrollando, porque el odio no tiene hogar aquí.
El sistema basado en la compra y venta de nuestra habilidad de trabajo está muriendo. Dicho sistema no puede ser defendido. ¿Cómo puede ser? Cuando ocho, sí, ocho personas son dueños de la mitad de la riqueza de la mitad de la población global. ¡Esto es criminal!
No estamos en una lucha para reformar un sistema agonizante, que nos está dejando a todos morir. Estamos en una lucha para obtener el poder político para construir un nuevo EE. UU., y sí el mundo.
FOTOS: Karel Riley, Adrian C. Garcia, Sarah Menefee, Ted Quant and Brett Jelinik.
Desde su publicación de enfadosos tweets a órdenes ejecutivas, el Presidente Trump se está ajustando a cuánto poder puede tener sobre el país para cambiarlo a un estado fascista.
Su primera orden del día el 20 de enero, el día de la inauguración, fue firmar una orden ejecutiva sobre la Ley de Asistencia Asequible (ACA por sus siglas en inglés), muchas veces referido como Obamacare. La cual está pendiente revocación por la legislatura. Como una respuesta inesperada, incluso los mismos apoyadores de Trump ahora dicen: “Ninguna revocación hasta que tengamos un mejor plan de salud.”
Él continuó presentando otras órdenes ejecutivas que involucran las leyes ambientales, imponiendo una congelación de empleo a nivel federal, excepto para las plazas de Homeland Security (Seguridad Nacional, la seguridad pública en el interior de los EE.UU., la seguridad de la frontera y pasos para la aplicación de las leyes de inmigración, incluyendo sus primeros pasos para cumplir su promesa de construir el “muro” que México pagaría.
La Marcha de Mujeres en Washington, el 21 de enero junto con otros cientos de acciones estatales y locales han sido las más grandes manifestaciones de una inauguración en la historia. ¡Algunas de estas protestas sucedieron por todo el mundo! Estas manifestaciones, aunque liderada por mujeres incluyeron coaliciones por los derechos civiles y protectores de multi-temas que expresaron sus preocupaciones y objeciones a Trump y su estilo fascista de hacer las cosas.
Más y más personas han comenzado a tomar más en serio las acciones impulsivas que han dado lugar a diferentes formas de resistencia. Su orden ejecutiva de la prohibición de la entrada a los EE. UU. de musulmanes provocó enormes protestas en los aeropuertos de varias ciudades. Los ciudadanos estadounidenses y personas siguiendo los procedimientos descritos en las leyes quedaron atrapados en esta política impulsiva presidencial para “evitar que terroristas entren.”
Estas órdenes ejecutivas están siendo desafiadas en los tribunales y mientras tanto, las candidaturas al gabinete de sus amigotes millonarios y multimillonarios están recibiendo oposición y están siendo cuestionados por sus vínculos con empresas y banqueros.
Los demócratas están manteniéndo silencio sobre el nombramiento de algunos de estos candidatos y cambios así mostrando sus lazos con sus jefes corporativos y no con el pueblo. Debemos preguntar: ¿De qué lado está Sr. Político o Sra. Política?
Sin duda, Trump ya ha causado daños y perjuicios en apenas dos semanas de estar en su cargo. Él quiere asegurarse de que sus seguidores vean que es un hombre de palabra. Por el otro lado, hay que recordar que él es solo el mensajero de los protectores de la la propiedad privada de los capitalistas, y son los capitalistas que continuan controlando a los trabajadores y quedándose con todo el motín. Pero él se ha convertido en una persona desagradable, si no el presidente más desagradable de los EE. UU. Debemos resistir y proteger a las familias para que no sean separadas — no al perfilamiento racial, no a las reglas fascistas! ¡Dime como es la democracia; esto es como es la democracia!
