Inmediatamente después de que comenzara la tormenta de nieve y hielo invernal en Texas a mediados de febrero, quedó claro que millones de personas estaban sin electricidad, calefacción ni agua. El desastre fue causado por la devoción al máximo beneficio empresarial por parte de las industrias poderosas y sus peones políticos. Ellos no hicieron casi nada para ayudar a las personas en extrema necesidad.
En cambio, la respuesta provino de la población local que vio la necesidad y la satisfizo. Las organizaciones unieron fuerzas para organizar una respuesta de amplio alcance.
Decenas de organizaciones y cientos de personas se pusieron en acción para ayudar a los vecinos. El organizador laboral, Jacob Aronowitz, de Austin trabajó con otras organizaciones locales para distribuir agua. “Nuestra misión es bastante simple: dar agua a las personas que la necesitan, de forma gratuita”.
Si bien la respuesta ha sido realmente impresionante, piense en lo que podría haber sido si la gente tuviera todos los recursos del gobierno a nuestra disposición, en lugar de tratar de resolver un problema masivo con un presupuesto reducido.
El sistema económico y político que tenemos no está funcionando para nosotros, pero está haciendo lo que fue diseñado hacer: asegurar las ganancias corporativas por todos los medios.
Necesitamos un sistema diseñado para hacer lo que necesitamos que haga: garantizar el bienestar de la gente, un sistema cooperativo, no uno de explotación. Comencemos a imaginar cómo sería eso.
