Este 16 de septiembre el pueblo mexicano celebra con esperanza la independencia de México. La victoria de Manuel Lopez Obrador como presidente es un fenómeno mundial y es en este contexto que observamos los movimientos de masas que impulsaron al candidato de Morena, Andrés Manuel López Obrador, a la presidencia de México.
La pobreza y la desigualdad están destrozando la clase política global. En respuesta, los movimientos sociales se unen para desafiar a los gobiernos establecidos.
Mientras Morena se prepara para gobernar, hay un sector que está presionando para que se comprometa con la derecha. Pero los revolucionarios tienen que recordar las lecciones del Partido de los Trabajadores en Brasil.
En Brasil, a medida que creció la pobreza, las condiciones de vida se deterioraron y cuando el país emergió de una dictadura brutal, se formó una coalición formidable de sindicalistas, artistas, intelectuales, luchadores por la justicia social y católicos religiosos inspirados por la Teología de la Liberación. La coalición creó el Partido de los Trabajadores de Brasil.
El partido capturó la esperanza y la imaginación de las masas e inspiró un movimiento de las masas con el tema “para una vida mejor y la democracia” y “el derecho a ser feliz”.
Al correr con un programa político radical contra los capitalistas, el Partido de los Trabajadores intentó capturar la presidencia en 1989, 1994 y 1998 con Luis Ignacio Lula da Silva como candidato.
En la década de 1990, una decisión del Partido de los Trabajadores de ser menos radical para hacerse más atractivo para el centro. Lo cual dio como resultado una relación más estrecha con los grupos empresariales. También construyó una alianza con las fuerzas centristas y de la derecha.
Pero tal movimiento conciliatorio con las fuerzas de derecha y centristas comenzó la desaparición del Partido de los Trabajadores. El Partido de los Trabajadores gobernó de 2002 a 2016. En 2016, la presidente Dilma Rousseff fue acusada y destituida por el Senado brasileño. Y en 2018, Lula fue sentenciado a 12 años de prisión.
La experiencia en Brasil demuestra que los compromisos con la derecha son letales. Les costó tanto a Rousseff y a Lula sus vidas políticas.
México no es Brasil, pero algunas de las lecciones se aplican. La clase política mexicana ha sido sobornada, contaminada y corrompida por los ricos para proteger y aumentar su riqueza y poder.
La codicia del capitalista mexicano no tiene límites. Como resultado directo, un país de 130 millones tiene 53 millones de personas viviendo en la pobreza. El 44% de la población no tiene acceso a las necesidades básicas de la vida, como alimentos, ropa, vivienda, atención médica y educación. Cuatro millones de niños de entre tres y diecisiete años no asisten a la escuela.
Ha habido más de 200,000 homicidios relacionados con drogas. En Juárez, ha habido un número desconocido de feminicidios y desapariciones de mujeres y niñas. No debe olvidarse la desaparición de 43 estudiantes en el estado de Guerrero.
Hubo reformas energéticas y educativas y un aumento drástico en los precios del gas (Gasolinazo). Todo esto condujo a un movimiento de trabajadores, campesinos, comunidades indígenas, estudiantes, jóvenes y viejos. Vinieron y pusieron sus esperanzas y sueños para un mañana mejor con López Obrador y el Partido Morena.
Mientras Morena y López Obrador se preparan para asumir el poder, hay grandes expectativas. La presión para los recién llegados a un compromiso ha comenzado. Si Morena y López Obrador se comprometen con la derecha para poder gobernar, ¿cuánto tiempo sobrevivirán políticamente antes de caer víctimas de las fuerzas adecuadas y centristas? Recuerda Brasil
¿Qué pasará con el movimiento social que puso a Morena y López Obrador en el poder?
El pueblo mexicano ha dado un gran paso en la lucha por la justicia y la igualdad. También en la mente de algunos revolucionarios es que para asegurar la victoria del pueblo, se debe establecer una estructura para proteger esta victoria. Además, tienen que luchar interminablemente por los objetivos del movimiento y de todos los trabajadores.