Juan Torres, falleció en enero de 2018. Nació y creció en el Valle de Lágrimas de Río Grande. Juan trabajó en el campo durante su juventud y como adulto, en el valle y en el norte como trabajador agrícola migrante en el verano.
Después de graduarse de la high school, Juan ingresó a los Marines y logró el rango de cabo. Después de su servicio militar, él se unió a las filas de las personas que luchan por el cambio social.
Juan tenía un sentido natural para entender que algo anda mal con un sistema que le negaba a los trabajadores agrícolas el derecho básico de ponerle precio a su trabajo y el derecho a afiliarse a un sindicato.
De joven, él era parte del movimiento para organizar a los trabajadores agrícolas donde sea que trabajaran. Más tarde, cuando se estableció en Michigan, luchó no solo por los trabajadores agrícolas migrantes, sino también por los que residen en Michigan.
Juan organizó los trabajadores agrícolas establecidos para luchar por sus derechos básicos: educación de calidad para sus hijos, vivienda y trabajos. También luchó contra la brutalidad policial y otros asuntos de derechos civiles.
Después de vivir en Michigan durante varios años, Juan regresó al “Valle de Lágrimas” y continuó luchando por la comunidad de trabajadores agrícolas en todos los frentes que pudo.
También era un luchador fuerte por los derechos de los veteranos, un tema muy querido para él.
En sus últimos años, Juan fue corresponsal del Tribuno del Pueblo y del People’s Tribune. Escribió historias exponiendo las condiciones de los trabajadores en el sur de Texas. Su última historia apareció en el Vol. 44 No. 3, Tribuno del Pueblo. Expuso las terribles condiciones de las personas sin techo que vivían en unidades de almacenamiento.
Extrañaremos a Juan y nuestras más profundas condolencias a su madre Julia, a sus hermanas y especialmente a sus hijos e hijas.
Descansa bien, camarada. La pelea continuará hasta que hayamos ganado.
Julio Ortiz, su hijo
Mi padre había escrito artículos sobre la marcha de la muerte en Texas. Nadie conocía el valle más que él. Él vivió como lo escribió, desde el corazón. Él vivió lo que predicó.
Recientemente se desalojó voluntariamente de su departamento. Entonces, él estaba sin techo, otra vez. Se fue a un refugio para personas sin techo para escapar del tortuoso clima frío que había devastado el Valle del Río Grande recientemente.
El 3 de enero fue llevado al Valley Baptist Medical Center. Perdió la batalla el 4 de enero.
Que haya más como él, un hombre verdaderamente valiente que no buscaba recompensa por sacar a otros de la confusión o la ignorancia.
Deja atrás a cuatro hijos. Raquela Lugo, P.A., Tino Torres, Frany franciscano del renacimiento, Julio Ortiz, Paramédico, y Steve.
