Carolina, Puerto Rico
Mientras escribo esta nota se cumplen ya 50 días y noches de piquete y protesta obrera en los preciados predios del conocido hotel El San Juan, ubicado en la conocida área turística de Isla Verde, en la zona playera de Carolina, magneto de turismo local e internacional.
Al preguntarle sobre el motivo para un piquete de tan larga duración, Rigoberto Santiago, con 32 años de jornadas laborales en el casino de El San Juan Hotel, expresó la demanda principal de los manifestantes en tono de resentimiento: “Que (el patrono) se siente a negociar de buena fe.” Cargando un cartel que leía : “Andro te miente”, Sergio Figueroa, otro veterano de tres décadas de jornada laboral en el hotel, desembocó su coraje directamente contra el rostro del cartel- Andro Nodarse León, dueño y accionista más visible del Hotel: “Este señor le está dando declaraciones a la prensa falsas. Lo que él no les dice es que él no se quiere sentar a negociar” y continuando en tono airado añadió: “Y cuando él compró esta propiedad (refiriéndose al Hotel El San Juan), la compró con un convenio colectivo”, puntualizando: “Alega él que tiene problemas económicos, cuando le metió 60 millones (de inversión) al hotel… En enero (de este año) a cuatro días de abrir el casino (después de renovarlo) lo cerró por puro capricho…. Este señor vino a Puerto Rico a invertir dinero y a abusar de los trabajadores puertorriqueños.”
Nereida Villalobos Rodríguez, una de los 100 trabajadores cesanteados tras el cierre repentino del Casino del San Juan Hotel, añadió su vivencia personal diciéndonos: “Trabajé con la compañía por 18 años… El patrono pudo habernos reubicado, si tuviera buena fe, en otra área del hotel ya que él cogió (contrató) a 150 empleados nuevos… El pudo haber contratado parte de los empleados (cesanteados) del casino… Yo pude haber estado en otra área… no solamente como mesera que fue lo que hice por 18 años… como housekeeping, bartender, cualquier área que él me hubiera ofrecido… Durante estos 50 días él no nos ha querido escuchar. Al contrario, se ha ido a distintas compañías de canales de televisión anunciando de que él sí ha sido un patrono de buena fe que nos ha ofrecido a nosotros empleos y que nosotros no lo hemos querido, que preferimos estar aquí en la línea de piquete.”
Lo novedoso aquí es que los trabajadores están obligados a jugar en la cancha más amplia de los nuevos patronos de El San Juan Hotel. La cancha amplia para la negociación obrero patronal en el Puerto Rico de hoy es la crisis económica capitalista cuyos efectos más nefastos caen principalmente sobre los hombros de los trabajadores. Aprovechándose de la recesión económica por la cual viene atravesando Puerto Rico en los últimos 12 años, los buitres financieros como Fundamental Advisor, Ambridge Hospitality y Leon Myers- dueños actuales de El San Juan Hotel y otros buitres financieros conectados a la red USAmericana y global de capital especulativo- se avalanzaron sobre la industria turística. Por otra parte, la presente administración colonial cuyos partidos políticos dominantes son dos alas del mismo cuervo patronal que controla la economía boricua, aprobó una reforma laboral que significó, como bien señaló el obrero unionado Rigoberto Rodríguez desde la línea de piquete, “un atraso de cuarenta años” con respecto a los derechos sindicales.
En declaraciones a la prensa comercial (a Yalixa Rivera Cruz de El Nuevo Día publicada el 16 de febrero del corriente año), el Licenciado Rodríguez Banch, abogado laboral de los obreros en protesta, indicó: “El elemento nuevo es ese jugador (refiriéndose a Fundamental Advisors, el principal accionista del hotel que adquirió la propiedad en el 2015 junto a Aimbridge Hospitality y la firma de inversiones León Mayer & Co). Nunca habíamos negociado con una compañía que su negocio sea comprar deuda en proceso de crisis fiscal… Antes de ellos comprar El San Juan Hotel, ellos compraron deuda de Puerto Rico.”
Todo lo mencionado anteriormente es el propósito central de la estrategia económica de los buitres financieros para controlar las ganancias del sector turístico en Puerto Rico, sector al cual el gobierno colonial de turno apuesta diz que para lograr un respiro económico dentro de la recesión que azota a los puertorriqueños.
A fin de cuentas, la tramoya a la cual le tenemos que prestar más atención es a la combinación del despojo de derechos laborales y sindicales mediante la llamada reforma laboral y al control político y económico que detentan los buitres financieros a través de la recién impuesta Junta de Control Fiscal cuyo fin primordial es imponer austeridad económica: recortando servicios sociales esenciales, reduciendo jornadas, congelando salarios, eliminando beneficios y empeorando condiciones de trabajo. En resumen: intensificando la opresión de los trabajadores que aún no han migrado a los E.E.U.U. continentales a ser oprimidos y explotados allá.
Toda esta ofensiva tiene el propósito cardinal de cobrar la deuda emitida a buitres financieros con cede en Wall Street y otros centros financieros del mundo capitalista.
Y son precisamente éstas las fuerzas económicas y políticas contra las cuales los trabajadores del Hotel El San Juan han estado combatiendo mediante el piquete y la protesta callejera y en su defensa de un convenio colectivo digno. En las certeras palabras de Nereida Villalobos Rodríguez: “Se unen las personas del control de este país y las personas de dinero para terminar con la clase trabajadora, y nosotros no podemos permitir eso… Eso no está sucediendo sólo en el hotel. En Puerto Rico entero está sucediendo este abuso… Entiendo que el pueblo entero tiene que despertarse. Los compañeros y amigos de la Universidad de Puerto Rico, eso es un abuso, ellos están luchando por sus derechos… todo por una deuda que Puerto Rico tiene que pagar. Que sean ellos los que paguen esa deuda… Queremos saber quién recibió ese dinero, para que sean ellos los que paguen esa deuda, no nosotros. Nos están sacrificando, están desangrándonos mientras que ellos (los buitres financieros) se enriquecen cada día más.”
A medida en que la ofensiva de estas huestes del capital arrecien su ataque contra otros sectores del pueblo trabajador será inevitable organizar la resistencia y la búsqueda hacia un mundo en donde los que trabajamos no seamos tratados como desecho, después de exprimir la riqueza de nuestros esfuerzos.
