SAN JOSE, CALIF.—Los residentes de San Jose, California y otros lugares en la área del Valle del Silicio están participando en una erupción de actividad organizada en contra de las rentas altas y malas condiciones de viviendas. Su desesperación ha estado creciendo por años y finalmente llego a un punto de crisis este mayo. Esto motivó al Concejal del centro de la ciudad, Raul Peralez, a presentar un memorándum a favor de reformar la ley de inquilinos.
Cientos se reunieron para apoyar un nuevo control de rentas, y el alcalde y otros concejales han expresado su apoyo. De acuerdo a una encuesta publicada en agosto, el 72% de los residentes de San Jose ahora favorece un límite estricto de una alza anual de sólo un 2% en las rentas en la ciudad.
La crisis de viviendas y de gente sin techo en el Valle del Silicio se ha agravado desde los años 1980s. Pero recientemente llego a un punto extremo. Durante años las corporaciones han estado reemplazando a sus trabajadores con los robots. Ahora estas mismas corporaciones se niegan a pagar impuestos por programas de viviendas para trabajadores que no precisan. En una economía capitalista, ellos no pueden apoyar políticas que no incrementen sus ganancias. Los resultados obligan al gobierno a recortar los fondos de los programas federales de vivienda llamado la Sección 8, hasta el punto que la Autoridad de Viviendas propone más recortes casi cada año.
Al mismo tiempo, el auge temporario de la demanda por bien pagados trabajadores tecnológicos ha forzado los precios de las viviendas hasta el cielo. Un informe reciente muestra que la renta promedia por un apartamento de dos recamaras es ahora $2917 al mes. El ascenso del ingreso promedio en el área ha también reducido las rentas de las viviendas llamadas “de bajos ingresos.” Hasta el punto que ancianos de ingresos fijos y gente con incapacidades tienen miedo de ser desalojados de sus viviendas. Muchos trabajadores sociales sencillamente le aconsejan a los ancianos y gente incapacitada a mudarse fuera de la área (y fuera de sus sistemas de apoyo) porque no existen viviendas para ellos.
El parar los recortes y controlar las rentas por si mismo no podrá resolver la crisis, pero sí es una oportunidad para involucrar y elevar la conciencia sobre sus verdaderos intereses de clase. La gente sin propiedad no tiene nada en común con las corporaciones que les explotan. Las corporaciones rehúsan alojar a gente si no pueden hacer ganancias en el proceso. El gobierno rehúsa ayudar porque más y más está siendo usurpado por las corporaciones. Esto es una ruptura sistemática y requiere una solución sistemática.
Nosotros no podemos hacer cambios si no luchamos por nuestros derechos, incluyendo el derecho a una vivienda decente, segura, y barata para nosotros y nuestras familias. Debemos exigir mejor control sobre los aumentos en las rentas y la restitución de nuestros programas, pero también debemos entender que son soluciones temporarias. La verdadera victoria será nuestra unidad, y nuestro entendimiento que el sistema nos está abandonando, y debemos depender en el uno y el otro para sobrevivir. Esos son los primeros pasos para construir la nueva sociedad que precisamos y que merecemos, una sociedad organizada en base a los derechos humanos en lugar de ganancias privadas.