Nota de los editores: En esta página le traemos algunas de las voces de la Conferencia Internacional de los Movimientos Sociales por Agua y Vivienda Accesibles, celebrada en Detroit Michigan en mayo. En esta conferencia, las personas se reunieron para compartir la experiencia a nivel nacional e internacional en la lucha para que el agua potable y la vivienda sea un derecho humano.
“Yo vivo en West Virginia. Yo no pensaba que la gente sufría tan mal como nosotros sufrimos. Mi corazón siente tu dolor. No solamente sirve el agua para unirnos, pero nuestras luchas nos unen también. Sepulte mi papa a los 52 años de edad. Sepulte muchos parientes de mi familia. Criando mis hijos en Apalachina indica que tengo que ver nuestros ríos y arroyos volverse al color anaranjado por causa de los químicos y los metales pesados. El año pasado, tuvimos un mayor derramamiento de químicos: 300,000 personas fueron envenenadas. La gente prende sus llaves (grifos) del agua y el agua sale del color negro. Yo soy la hija de un minero del carbón. Yo soy una madre. Y soy muy orgullosa de ser una mujer Apalachina. Estoy aquí para ponerme en pie con nuestros hermanos y hermanas de Detroit. Nosotros tenemos que recuperar nuestra agua, nuestras vidas, y nuestra herencia. Estas corporaciones no se van apoderar de nosotros mismos. Nosotros somos la gente. Ne es algo acerca del color de nuestra piel. Somos seres humanos. Esta nación es alimentada por la sangre de mi gente. A nadie se le debe negar el agua. Apalachina está de pie contigo. Protestamos, agrupémonos, luchemos contra nuestros líderes que no se ponen de pie con nosotros. Necesitamos la colaboración nacional. Tenemos que llevar nuestra causa a las calles” — Paula Swearengin, Coalición Ambiental del Valle de Ohio (OVEC, Ohio Valley Environmental Coalition)
“En el año 2012 el municipio paró de mandar los recibos de agua (water bills, inglés). Ahora los residentes están recibiendo sus recibos de agua que han llegado hasta los miles de dólares. Los recibos de agua están apegados a los impuestos de propiedad y tú puedes perder tu casa. Ahora quieren disolver todo el municipio (city, inglés) de Highland Park, absorberlo a Detroit, y así, no podremos hablar sobre el asunto. Todo esto se concluyo atrás de puertas cerradas. Yo no era un activista ni un político. Yo tenía que hacer algo. Mi meta era de despertar a la gente. Empecé un boletín, y me uní con otra gente que estaba combatiendo en la misma batalla. Me fui a esos lugares donde la gente estuvo igual de enojada como yo. Y si no estaban enojados, yo los puse al enojo. En nuestra comunidad repartimos nuestros periódicos, tocamos vocinas delte soplamos cuernos, despertando la gente, dejándolos saber lo que viene y que ésta es nuestra lucha, en efecto, es una lucha mundial. Esta lucha no se ganará por las avenidas comunes conocidas por casi toda la gente. Yo escribí cartas. Yo tuve diálogos con los senadores, Conyers, etc., y no me respondieron. Si no se quieren responsabilizar, ellos tienen que (junto con su infierno) largarse de allí. La gente triunfará en esta lucha”. — Eban Morales, Highland Park, MI. Coalición de los Derechos Humanos. (Human Rights Coalition, inglés).
“En México tenemos un proceso de 22 años por la privatización del agua. Yo siento que aquí en Detroit existe una guerra fascista en contra de la gente. Detroit es un ejemplo del futuro de nuestro mundo. Es muy semejante a lo que está pasando ahora en México. Tuvimos unos 150,000 homicidios. En este contexto de la violencia esta organizada toda la privatización y todos los que nos saquean. Necesitamos la unidad entre las organizaciones sociales en México, los EE.UU. y Canadá. Este es el punto central de la guerra social en el mundo. Necesitamos intercambiar información y construir la hermandad internacional”. — Andrés Barreda, México