Para el final del 2013, cuando otros inmigrantes indocumentados comenzaron a llevar a cabo acciones para parar las deportaciones, sentí que podía retar el consejo anterior que los abogados y otros activistas nos daban, a salir públicamente y abiertamente unirnos a estas acciones.
Una vez que mi hija accedió con mi decisión de salir públicamente, nos unimos a la campaña local de #Ni1más deportación para planear una acción de desobediencia civil. Nos tomó meses pero en febrero 24, 2014, 10 de nosotros unimos brazos con tubos y bloqueamos la calle afuera del centro de detención de Tacoma, cerrando las actividades de ICE y las deportaciones por una semana.
Hicimos esta acción por que todos nosotros creemos que una medida de reforma migratoria no era posible. Nos reusamos a servir a cualquiera de los partidos políticos. Sabíamos que Obama tiene el poder y la autoridad moral para actuar. Pero lo más importante era que sabíamos que ya era el momento de tomar el liderazgo que nos habían quitado los grupos grandes pro-inmigrantes.
Delincuentes versus familias
Se nos criticó por presionar a Obama para que hiciera una acción ejecutiva en materia migratoria y por pedirle que parará las deportaciones. No caminamos de puntitas con los partidos políticos ni seguimos la narrativa de merecedores-vs.-indignos. Nos enfocamos en el sufrimiento de nuestras comunidades y exponiendo a los que disfrutan acceso y protegen al presidente y a otros lideres del partido Demócrata.
Y teníamos la razón. Después de que paramos los autobuses de deportación saliendo del centro de detención en Tacoma en febrero, los detenidos organizaron tres huelgas de hambre. En mayo el Representante Adam Smith, D-Wash., presentó una legislación que haría que los centros de detención privados se responsabilizarán y trajo atención internacional a la máquina de deportaciones de los Estados Unidos. Todas estas acciones así como muchas iniciativas más a través del país, crearon uno de los puntos de presión más fuerte que forzaron a Obama a finalmente llevar a cabo una acción ejecutiva.
Todo junto, la acción ejecutiva de Obama fue una victoria para aquellos que arriesgaron ser el sustento de sus familias, su salud, y la deportación para lograr que al menos algunas de nuestras familias sigan juntas. Las acciones unificadas de la comunidad indocumentada — no las de los expertos, directores de organizaciones sin fines de lucro o de abogados o políticos — superaron la falta de voluntad política y trajo esta victoria reciente.
Pero aún no terminamos. Seguiremos empujando para lograr una reforma migratoria con dignidad hasta que todos seamos reconocidos como parte de este país. La mayoría de nosotros no recibimos pago por trabajar por nuestra dignidad. Protestamos para reclamar nuestra humanidad.
Entendemos que nuestra lucha esta enlazada con la lucha de otras comunidades de color que enfrentan injusticias en el sistema penal de justicia. Y es por eso que decimos “ni una deportación más” y por lo que no caeremos en las divisiones creadas por los políticos que nos piden escoger entre los delincuentes y las familias. Todos son parte de nuestras familias. Todos — sobre todo las victimas del sistema económico predatorio que nos empujó a emigrar, así como quienes han caído en el complejo industrial de prisiones — merecen estar aquí. Es nuestra victoria y una de muchas más que seguirán.
Villalpando es una organizadora bilingüe, asesora y analista política con más de diez años de experiencia en la defensa de los derechos del inmigrante y asuntos de justicia racial Ella es la fundadora de Latino Advocacy Inc.