Los Estados Unidos constituye el mayor mercado para drogas ilícitas en todo el mundo. A pesar, la “Guerra en Contra de las Drogas” se concentra en atacar las fuentes de drogas en Colombia, México, y otras partes de Latino América, en vez de limitar la demanda en los EE. UU y enfocarse en prevención y tratamiento para drogadicción. Los resultados han sido una calumnia de muerte, destrucción, y emigración obligatoria desde los países latinoamericanos, y encarcelamientos masivos, muertes, y violencia cuales han sido devastadores para comunidades pobres en los EE. UU.
El negocio del tráfico de drogas es la empresa capitalista más lucrativa en las Américas, precisamente porque es ilegal. El riesgo envuelto indica ganancias mayores a la vez que siembra la muerte y la destrucción. Tal como indicado en el artículo “Narco Estado” los carteles de drogas están firmemente enraizados con la clase gobernante en México y en otros países de América Latina. Lo que no es tan reconocido es el nivel de complicidad en los EE. UU.
Con una rentabilidad semejante a las de las compañías Fortune 500, el tráfico de drogas también está firmemente entrelazada con la economía del los EE. UU comenzando desde el lavado de dinero, distribuidores basados en los EE. UU, mayor financiamiento para departamentos de policía y de patrulla fronteriza, las prisiones, y el proveerles equipo militar moderno supuestamente para interdicción de drogas.
La supuesta “Guerra Contra las Drogas” actualmente es un pretexto de humo. Mientras de que actualmente aumenta la violencia y el crimen, sirve para mantener el control social de las masas de trabajadores en ambos lados de las fronteras.
El anterior presidente de México Vicente Fox propuso la legalización de drogas, pero rápidamente fué callado por el Departamento del Estado de los EE. UU. Algo semejante ya había sido establecido en Holanda. En aquel país bajaron el crimen y el uso de drogas, a la vez que recursos se dirigieron más bien al tratamiento para la drogadicción y la prevención.
El capitalismo, ya sea en forma de carteles de drogas o corporaciones no proveen un futuro sano ni seguro para nosotros. Hay que buscar soluciones que funcionen para el bien del pueblo en vez de para ellos.