El asesinato de James Boyd es una alerta para el pueblo estadounidense. A medida que la economía automatiza y utiliza menos labor humana, el gobierno está abandonando su responsabilidad de cumplir con las necesidades de su pueblo. Muchos no tienen viviendas, pero en lugar de ayudarlos, el sistema lo aísla, los convierte en chivos expiatorios, para luego atacarlos. El asesinato por la policía es la forma más violenta y cruel de hacer de alguien un chivos expiatorio. Las personas sin viviendas en todo el país están en peligro inminente del estado policial en ascenso. Cuando los defendemos a ellos y a otras víctimas de la violencia policial, nos defendemos a nosotros mismos. Debemos hacer frente a todos y cada uno de los ataques contra la poca libertad que nos queda, y hay que reconocer que estamos en una lucha por una nueva sociedad. Hoy en día, la policía son los encargados de hacer cumplir la dictadura corporativa en la calle. Necesitamos una sociedad en la que las personas, no las corporaciones, estén a cargo