Cómo las feministas latinas cambiaron el entendimiento global de la violencia de género

Protesta contra la violencia contra las mujeres frente al Ayuntamiento de Toronto.
Integrantes de los colectivos Apoyamos Chile, 21N Colombia y la Red de Mujeres Latinoamericanas organizaron la función “Un violador en tu camino”, frente al Ayuntamiento de Toronto.
https://youtu.be/O5iXjUEwpiw
Un violador en tu camino, Toronto 2019

Los 16 Días de Activismo Contra la Violencia de Género es una campaña anual que comienza el 25 de noviembre, el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra las Mujeres. Se eligió esta fecha en conmemoración de las hermanas Mirabal–Patria, Minerva y María Teresa, quienes fueron asesinadas el 5 de noviembre de 1960 a causa de su activismo político en la República Dominicana por estar en contra de las décadas de dictadura de Rafael Trujillo.

Los movimientos feministas en América Latina tienen una larga trayectoria y han resultado en cambios importantes en el entendimiento de la violencia de género a nivel nacional, regional e internacional.

Los Comienzos del Movimiento Global

En la década de los 1970s las organizaciones de mujeres se preocupaban por el papel que jugaba el estado como un perpetrador de la violencia contra las mujeres en un contexto de represión política. Mujeres en Argentina (las Madres de la Plaza de Mayo); en México (Comité Eureka) y El Salvador (CoMadres), para nombrar algunos, usaban los espacios públicos para darle voz a su sufrimiento y demandar justicia frente a la violencia patrocinada por el estado. 

En 1975, la primera Conferencia Mundial de las Naciones Unidas Sobre la Mujer tomó lugar en la Ciudad de México, además del establecimiento de la Década de las Mujeres de las Naciones Unidas (1976-1985), hicieron visible la organización de feministas a nivel regional y nacional. 

Durante los 1980s, las activistas y los grupos feministas de América Latina y del Caribe organizaron encuentros para intercambiar experiencias, perspectivas y también para movilizar estrategias. Durante el encuentro inicial en Bogotá, Colombia, el 25 de noviembre fue declarado el Día del Fin de la Violencia Contra las Mujeres.

Ya para finales de los 1990s, la mayoría de los gobiernos latinoamericanos habían aprobado legislación dirigida contra la violencia doméstica. Sin embargo, su implementación ha sido limitada

Desigualdad de Género y Económica

Tras los cambios económicos, producidos por las políticas neoliberales, la movilización para la justicia económica se hizo también parte de la lucha por la igualdad de género. Por ejemplo, las mujeres mexicanas se han organizado por décadas contra la violencia letal conectada con las precarias condiciones laborales de las mujeres en la frontera entre los Estados Unidos y México. 

Entre 1993 y 2014, 1,500 mujeres fueron asesinadas en Ciudad Juárez. La mayoría eran mujeres jóvenes, entre la edad de 15 a 25 años, de un nivel socioeconómico bajo y que trabajaban para las maquiladoras (compañías extranjeras) en condiciones precarias. 

En 2009 varios grupos de la sociedad civil organizaron una marcha, Éxodo por la vida de las mujeres, desde la Ciudad de México hasta Ciudad Juárez. Entre las organizaciones estaba Mujeres en Negro (Women in Black), cuya consigna fue Ni Una Más. Se vistieron de negro para representar el luto por centenares de mujeres desaparecidas o asesinadas en el país, y usaron sombreros rosados para enfatizar lo joven que eran las mujeres asesinadas en Ciudad Juárez. La cobertura de la prensa nacional fue escasa y el diario La Jornada fue el único que le dio un seguimiento diario a la protesta. Por cierto, una de las encargadas de la cobertura fue la periodista Miroslava Breach, quien fue asesinada en marzo de 2017. Mientras el éxodo avanzaba por las carreteras de Chihuahua, aquel ocho de marzo de 2002, fue conmemorado en todo el país con foros, reclamos y llamados para que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos tomara en cuenta los femicidios en Ciudad Juárez. 

Al mismo tiempo que tomaba lugar la marcha, la Corte Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH) difundió su veredicto en el caso basado en los asesinatos de tres muchachas jóvenes en Ciudad Juárez –Claudia Ivette González, Esmeralda Herrera Monreal y Laura Berenice Ramos Monárrez. La decisión de la corte fue significativa porque encontró que el estado había violado los derechos humanos de las mujeres por medio de su negligencia, inculpando a las víctimas. Adicionalmente, este veredicto reconoció el papel del estado en reproducir la desigualdad de género y los responsabilizó legalmente de la prevención del femicidio, y los asesinatos de estas mujeres cisgénero y trans, debido a su género.

Para el 2015, 17 países latinoamericanos habían pasado legislación reconociendo el femicidio, incluyendo las estructuras políticas y judiciales que lo propagan. 

Organización por medio del internet

En 2015, los periodistas argentinos usaron el hashtag #NiUnaMenos en Twitter para organizar una marcha demandando que el gobierno cumpliera con su obligación de prevenir el femicidio y asegurar el acceso a la justicia para las víctimas.

Plataformas como Facebook y Twitter ayudaron a los organizadores a compartir su mensaje ampliamente y expandir sus redes sociales. Sin embargo, las asambleas fueron usadas para discusiones y para tomar decisiones. Como resultado, las manifestaciones, que tuvieron centenares de miles de mujeres en las calles, pusieron el género y la violencia sexual como un asunto público. 

El uso del hashtag y las manifestaciones se extendieron transnacionalmente y las protestas fueron organizadas en otros países de Latinoamérica incluyendo Chile, México y Perú.

El 25 de noviembre, centenares de mujeres chilenas se reunieron en Santiago para bailar una coreografía sincronizada dirigida por Las Tesis, denunciando la violencia de género. La canción “Un Violador en tu Camino” la cual describía el cambio de inculpar a las mujeres que experimentaban violencia sexual, haciendo responsables a los agentes del estado incluyendo policías, jueces y al presidente. La canción se extendió rápidamente y se organizaron presentaciones por todo el mundo desde América Latina, Europa, Norteamérica y el Medio Oriente.

Ese año, en Toronto, miembros de varios grupos latinoamericanos hicieron una llamada para comenzar ensayos de la coreografía y para la organización de la función frente al ayuntamiento. Al principio, la llamada fue intencional como un acto de solidaridad con las mujeres de América Latina que habían sido víctimas de la violencia sexual perpetuada por la policía durante protestas antigubernamentales

Al mismo tiempo, los gobiernos–no solo los de América Latina, sino también en Canadá se les consideró responsables de perpetuar la desigualdad de género por medio de políticas económicas y de violencia policiaca. 

Cuando mis amistades y yo vimos ese llamado en los medios sociales, invitando a todos a unirse a la presentación en el ayuntamiento de Toronto, nos sentimos conmovidos al expresar nuestra ira contra la violencia que continúa contra la mujer a nivel global.

Este artículo se volvió a publicar en La Conversación bajo Creative Commons License. Lean el artículo original

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