Atrapados en Tijuana, a miles de migrates se les ha impedido solicitar asilo en Estados Unidos. Empezó con el presidente Trump, quien prohibio su entrada después de implementar las políticas del Título 42 y MMP (por sus siglas en inglés). Mpp is known as the “Remain in Mexico” program En 2020, Joe Biden cuando ganó las elecciones presidenciales de Estados Unidos, dio a entender que cumpliría su promesa de poner fin a estas dos políticas, algo que no ha sucedido.
Los migrantes deben pasar por algo más que la espera en las ciudades fronterizas. Muchos de estos solicitantes de asilo se ven obligados a abandonar sus hogares debido a la violencia, la guerra, el cambio climático y migran en busca de mejores oportunidades económicas. Luego para llegar a la frontera con Mexico-EE.UU enfrentar la discriminación, abusos y las reglas impuestas por las autoridades mexicanas.
El 28 de octubre de 2021, por orden de las autoridades mexicanas, la policía y los trabajadores del ayuntamiento se presentaron en el campamento de migrantes El Chaparral para fijar una cerca semipermanente de tela metálica alrededor de las carpas. El propósito, según ellos, esta barrera de eslabones de cadena era para realizar un censo y proporcionar una tarjeta de identificación para cada residente del campamento.
Los trabajadores del gobierno en esta noche saquaron el campamento, quitando carpas y destrozando las pertenencias de los migrantes que estaban presentes y no presentes. Cuando los residentes del campamento que no estaban presentes (muchos de los cuales estaban trabajando) regresaron se encontraron que todas sus cosas, incluidos documentos importantes, habían desaparecido. Les rompió el corazón saber que sus pertenencias y documentos esenciales para su proceso de asilo, que costó tiempo y dinero obtener, terminaron en la basura.
Para colmo de males, los trabajadores del ayuntamiento cortaron la electricidad en El Chaparral.
Los residentes de El Chaparral contactaron y pidieron ayuda a organizaciones de derechos humanos. Pero las autoridades mexicanas no permitieron que ninguna organización de ayuda o grupo de voluntarios entregara donaciones y suministros: asistencia que muchos residentes de El Chaparral necesitan.
Ahora hay funcionarios mexicanos en la entrada del campamento 24 horas al día, 7 días a la semana. Los migrantes deben mostrar su tarjeta de identificación cada vez que salen o ingresan al campamento. Sin esta identificación, no se permite la entrada a nadie. Las organizaciones de derechos humanos, de ayuda y los grupos de voluntarios que deseen ingresar al campamento deben solicitar un permiso a las autoridades mexicanas.
Las acciones tomadas por el gobierno mexicano para cerrar El Chaparral están dejando a los residentes sin esperanza y desplazados. El Chaparral ha sido el hogar durante más de un año, de aproximadamente 1,000 migrantes.