Foto: Video Still, WSJ
AUSTIN, TEXAS — En los años 1930, Texas diseñó su propia red eléctrica para no cumplimir con las regulaciones federales. La misma está aislada del resto de las redes eléctricas de los Estados Unidos, por lo que no puede tomar en préstamo electricidad de otros estados, tal como el resto de estos sí pueden hacerlo. En Texas, la gestión de esta red está a cargo del órgano denominado Consejo de Confiabilidad Eléctrica de Texas (ERCOT, por sus siglas en inglés), cinco de sus directores ¡ni siquiera viven en el estado!
La industria petrolera y aceitera es la que dirige este estado y controla el Partido Republicano que mantiene la mayor parte del poder político, lo que incluye la Comisión Ferroviaria, que actualmente tiene jurisdicción en todos los gaseoductos (para gas natural) y oleoductos. El mercado energético no está reglamentado.
La Comisión de Servicios Públicos permite que proveedores de energía con fines de lucro aumenten las tarifas cuando incrementa la demanda. Scott Willoughby, veterano del ejército, de 36 años de edad y quien depende y vive de su pensión del seguro social, explicó The New York Times que se ha quedado sin ahorros después de recibir una factura por servicios eléctricos por un monto de $16.75. Por su parte el Wall Street Journal informó que la desregulación de la red eléctrica de Texas ha costado a este estado unos $28.000 millones más en el transcurso de dos décadas que si se hubiera regulado.
Los problemas de infraestructura hídrica se revelaron en un informe que se elaboró desde hace 10 años en Austin. El documento expuso la falta de mantenimiento que ocasiona que se rompan reiteradamente las tuberías principales de agua a lo largo del año, con lo cual se malgasta una enorme cantidad de agua. Estos problemas aún no se han corregido.
Aunado a esta situación, se produjo un período inusual, aunque no completamente inesperado, de temperaturas bajo cero, con nieve y hielo. Las plantas que funcionan con gas se quedaron sin combustible cuando se congelaron los oleoductos debido a la falta de mantenimiento, ya que la industria no quiso gastar dinero en estas tareas y, además, no tenían la obligación de acatar las regulaciones federales.
Este desastre pudo haberse evitado e ilustra lo que está fallando dentro del sistema. Las corporaciones con mucho poder, en busca de máximas ganancias, controlan a los políticos corruptos que hacen sus licitaciones.
Con la helada en febrero han quedado expuestas las deficiencias en la gobernabilidad de Texas. La situación está cambiando. Las personas están cada vez menos dispuestas a seguir aceptando el status quo y, en lugar de ello, desean respuestas, soluciones y un liderazgo adecuado que aborde problemas que han existido durante mucho tiempo. Greg Casar, miembro del Consejo Municipal, afirmó que debemos responsabilizar a todos aquellos que son culpables de no haber podido mantener seguros a los residentes de Texas.
Nosotros el pueblo debemos aprovechar esta oportunidad y pasar a la ofensiva contra la estructura actual de poder, lo que incluye el órgano legislativo estatal, dominado por el Partido Republicano, el cual se encuentra en sesiones en este momento. Debemos exigir que den respuesta a nuestras necesidades y que asignen fondos para hacerlo. Será una lucha enorme, pero ya no podemos permitir que las políticas continúen como de costumbre.
