La frontera del norte
Hace un par de años recibí una llamada de alguien desconocida. Ella me preguntó si yo la pudiera llevar a la estación de Greyhound para comprar un boleto. Yo estaba impaciente ya que en ese momento iba saliendo a dar mi clase. Ella dijo que solamente demorara un minuto y explicó que ICE estaba por todas partes y ella no podía entrar en la estación.
Acepté y pregunté dónde la debería recoger. Me dijo que estaba afuera de mi casa. Me explicó que un pariente de ella, quien había sido deportada unos años antes, le dijo que me llamara. Fuimos a la estación, obtuve el boleto y se lo di. No supe de ella por un tiempo.
La próxima vez que me llamó, me pidió que recogiera a alguien de la estación de autobuses, que queda muy cerca de mi casa. No sabía a quién estaba recogiendo y la mujer viajaba sin teléfono. Tenía una criatura joven con ella. Estaba embarazada.
Yo espere en la estación. Cuando el último autobús se vaciaba, yo pensé; yo ni sé a quién estoy esperando y ya no queda nadie. En ese entonces una mujer con un niño chico sale del bus. Éramos los únicos que quedaban en la estación. Nos presentamos y nos montamos en mi carro. Yo le pasé mi teléfono. Ella llamó a su hermana, la que me había pedido que la recogiera en la estación. Ella hablaba en un idioma que yo nunca había escuchado. Le pregunté qué idioma era, “idioma de allá”. Le pregunte, ¿Cómo se llama? Ella dijo Nan, es Nan. Ya yo sabía por los guatemaltecos que había conocido a través de los años que yo no sé nada. Nada.
Le pregunté a la mujer por qué ella venía aquí y me dijo que ella tenía 28 años y que ella había estado aquí cuando tenía 14 años junto a su padre y sus hermanos quienes posteriormente fueron deportados. Ella tiene una hermana aquí. Ella explicó que había pasado más de la mitad de su vida en Detroit.
Su hombre la dejó y ella decidió tener su bebe aquí. ¿ Por qué? “Porque soy de aquí.” Su pequeña nació en Detroit, antes de que fueran deportados. Su hija es una ciudadana estadounidense y ella quería que el bebé también naciera aquí.
Yo soy la madrina de la sobrina de esta mujer. Ella era una menor proveniente de Guatemala y había esperado que las cosas mejoraran. Ella ha trabajado todos estos años, días, noches y tardes durante la pandemia. Ella nunca ha dejado de trabajar. Ella le manda dinero a su familia cada mes. Su bebe va a nacer en unas semanas. Vamos a celebrar su nacimiento en esta Tierra Prometida, porque somos de aquí.
Posdata : Del 2006-2010 si un inmigrante tenia manera de hacer llamadas por medio de un telefono fijo los sabados ICE y CIS usarían monitores de tobillo ara mantener cuenta de él. Nadie tenía una línea fija así que instalé una. Durante ese periodo muchas personas con monitoresde tobillo vinieron a mi casa para llamar a sus oficiales. Esa es parte de la razón por la cual muchas personas saben donde vivo. Porque soy de aqui.