A todos los padres inmigrantes

Te reíste, lloraste, viviste y creciste en casa

Estabas familiarizada con las calles y sabías cuándo estar en casa

En algún momento, te diste cuenta de que la casa no era suficiente

Por cualquier razón, tenías que partir

Tal vez nunca hubo suficiente comida en la mesa

O las universidades no te lo admitieron porque eras mujer

Tal vez la gente moría regularmente en tu cuadra

Así que empacaste una maleta o dos, miraste a casa

Y susurraste ‘hasta luego’ y no ‘adiós’

Fuiste a una tierra extranjera

Extraña para ti, pero tu fuiste el extranjero

Intentaste aprender un nuevo idioma mientras equilibrabas cómo sobrevivir

Acostumbrarte a tu nueva vida

La mayoría de los días fueron difíciles

Tomarías las mismas calles tu casa

Excepto que esta vez no estabas en casa

Llamarías a tu familia y te jactarías un poco de tener agua caliente para ducharte

Te aferrarías a la esperanza de que los verías pronto

Cuando hablabas con el cajero de la tienda

Escuchabas ha alguien detrás de ti burlándose de tu acento

A veces el dinero era limitado, así que tomabas el turno de noche para que alcanzará

hasta el fin de mes

Nunca te quejaste o te rendiste

Es por eso que el universo te envió a alguien para compartir tu soledad

Volvías a llamar a tu familia, presumiendo de que habías conocido a alguien especial

Los años pasaron y comenzaste a tener familia

Te aseguraste de que tus hijos tuvieran las cosas que probablemente no tuviste

Les enseñaste dos idiomas, les enseñaste modales y la importancia de la escuela

Les enseñaste la importancia del trabajo duro pero nunca revelaste los turnos de 14

horas que trabajabas

Tal vez tus hijas y hijos no te agradecen lo suficiente, pero lo estamos

Vemos tu arduo trabajo y nunca entenderemos realmente por lo que has pasado

Pero lo vemos, y te amamos

Gracias

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