Muchas personas que han llegado recientemente a los Estados Unidos se confunden cuando las atacan. Después de todo, ¿no es esta “una nación de inmigrantes?”
Si bien esto es innegable, también es cierto que tanto los políticos como los capitalistas han atacado a los inmigrantes como un medio para dividir y conquistar a la clase obrera durante al menos los dos últimos siglos.
Después de dividir a los obreros en blancos y negros — con base en la historia de la esclavitud en el sur de los Estados Unidos—, la división entre “originarios” e “inmigrantes” es quizás la segunda estratagema más común de aquellos que detentan el poder.
En las décadas anteriores al estallido de la Guerra Civil de los Estados Unidos (1861-1865), cuando los industrialistas del país reclutaron mano de obra en Europa, los políticos atacaron a los inmigrantes con una retórica muy similar a la que Trump está utilizando actualmente: “criminales”, “violadores”, “portadores de enfermedades”.
En ese entonces, al igual que actualmente, se trataba de segmentos con un alto sentido de moralidad que trabajaban más arduamente y que más obedecían las leyes vigentes. Los inmigrantes alemanes se encontraban entre los líderes del movimiento que surgió contra la esclavitud, aun cuando los partidos políticos de la época intentaron que no tuvieran ninguna autoridad y que permanecieran marginados.
Entre esa guerra y la Primera Guerra Mundial (1917-1918), en tanto la industria estadounidense se transformaba en la más masiva de todo el mundo, millones de inmigrantes procedentes de varios países europeos ingresaron a todas las regiones del país, salvo en el sur.
Al luchar por instaurar sindicatos multiétnicos, ellos recibieron ataques de los industrialistas, sus políticos y la prensa, ya que eran “extranjeros antiestadounidenses”.
Durante la Primera Guerra Mundial, se les consideró brevemente como “estadounidenses”, puesto que el gobierno les hizo un llamado a contribuir con su sangre y dinero a los esfuerzos de la guerra. Sin embargo, una vez que finalizó la contienda mundial, rápidamente se transformaron de nuevo en “extranjeros”.
Las dos guerras mundiales pusieron fin de forma eficaz a la inmigración procedente de Europa. Por ello, los industrialistas estadounidenses integraron mano de obra mexicana en los campos y las fábricas del país, y de esta forma los negros y latinos se transformaron en el nuevo blanco de su estrategia para dividir y conquistar.
Ya sea que sus ataques se dirijan a los latinos, a los afroamericanos o a las etnias europeas, el propósito siempre ha sido mantener dividido al pueblo, el cual de otra forma se uniría en torno a la clase obrera.
El hecho de conocer la historia de la clase obrera de los Estados Unidos es un aspecto importante para todos los miembros de esa clase, tanto los inmigrantes como los que nacieron en el país. Le recomendamos que lea “La otra historia de los Estados Unidos”, de Howard Zinn. El título original en inglés es “A People’s History of the United States” y la obra está disponible tanto en español como en inglés.