Poco después de haber leído esta nota de prensa sabrá usted los resultados de un plebiscito ocurrido en Puerto Rico el domingo 11 de junio del corriente año. El supuesto propósito de dicha consulta es intentar acabar con el régimen político territorial colonial que opera en Puerto Rico, desde que las tropas del ejército norteamericano invadieron la mencionada isla caribeña en 1898. Mientras, la Junta de Control Fiscal – recientemente impuesta por el congreso de los EE. UU. — pretende asegurarse de que los buitres financieros se alimenten del cadáver de la destruida economía de Puerto Rico, una vez ejecutada la recién declarada quiebra económica de la isla.
La llamada Junta de Supervisión (léase control) Fiscal impone la austeridad económica es decir, la política de apretarnos el cinturón, para hacer menos con mucho menos. No obstante, dicha política fiscal, ha comenzado a provocar actos de resistencia que han involucrado a miles de estudiantes universitarios cuyo futuro como trabajadores pinta un cuadro de precariedad y deudas que los esclavizarán durante años de su porvenir; a trabajadores todavía empleados y organizados, quienes han visto desvanecer sus derechos sociales y económicos aceleradamente; trabajadores pensionados cuyas pensiones se han esfumado en los juegos de casino del capital financiero especulador; a una población envejeciente y en peligro creciente de enfermedades y condiciones de salud catastróficas; a niños en creciente estado de pobreza material y desespero psicológico ante el continuo deterioro y cierre de escuelas públicas; y para intensificar el ataque, a las miles de familias a cargo de madres solteras cuyos servicios de apoyo quedarán cercenados por las reducciones presupuestarias que la junta impondrá.
Mientras, las élites que controlan la política puertorriqueña utilizan la llamada crisis fiscal del estado colonial en Puerto Rico y el descalabro del colonial Estado Libre Asociado de Puerto Rico como cortinas de humo. Su intento es ahogar, confundir y cegar a los habitantes borincanos con respecto a las verdadera naturaleza de un imperio corporativo capitalista que explota y luego desecha a sus trabajadores más vulnerables . Semejante destino han sufrido y seguirán sufriendo el resto de los habitantes proletarios en USAmérica.
La junta fiscal que rige hoy en Puerto Rico representa a los mismos especuladores financieros cuyas juntas fiscales dejaron a la gente sin casa en Detroit, envenenaron el agua en Flint y expulsaron a los africano americanos de sus trabajos y sus barrios en Washington D.C. Entre 1975 y 2009 alrededor de 120 ciudades y condados a través de los EE. UU. estuvieron bajo juntas de control fiscal con políticas de austeridad, con resultados nefastos para la mayoría de las clases trabajadoras en dichas jurisdicciones. Apenas un año atrás, se evidenció la intervención de juntas fiscal de control fiscal en 28 estados, en Washington D.C. y en Puerto Rico.
A fin de cuentas, el rostro del sistema económico y el grupo social que nos oprime está más de cara al sol que nunca.