Con todo el escándalo y la controversia que rodea a los primeros meses de gobierno del Presidente Trump, noticias de guerra y ataques terroristas en el extranjero y por los ataques maliciosos patrocinados por el Estado contra los indefensos aquí en casa — es fácil perderse uno en los detalles.
Como consecuencia, no vemos qué está subyacente en el cambiante panorama político actual. Una nueva tecnología que reemplaza a la mano de obra está perturbando el mercado global y la rentabilidad, erosionando la base de cómo se intercambian bienes y mano de obra y desarraigando viejos conceptos sobre cómo se organiza la sociedad y en beneficio de quién.
En un momento en que la impresión 3D puede hacer una casa de $ 5000 o $ 10.000 en un día, miles están condenados a la falta de vivienda. Miles de otros se ven obligados a mudarse, debido a la gentrificación y al alza de los costos de alquiler.
En el condado de Hidalgo los tejanos pobres viven en unidades de almacenamiento de alquiler con iluminación mínima, sin agua corriente y baños inadecuados. Cuando se quejan, son desalojados.
Los barones del petróleo y los promotores de combustibles fósiles como el ex gobernador de Texas Perry y el ejecutivo de Exxon, Rex Tillerson, están instalados en el gabinete de Trump como Secretarios de Energía y la EPA, respectivamente.
Con tales personas a cargo, parece que las comunidades rurales y migrantes fuera de Corpus Christi, Texas no tienen ningún recurso a la contaminación de Exxon de su agua potable. Se están uniendo a los mineros del carbón de Virginia cuyas aguas de los Apalaches están contaminadas, a los Nativo Americanos de Standing Rock amenazados por la Dakota Access Pipe Line y a los niños envenenados por plomo de Flint, Michigan, todos cubiertos en ediciones anteriores del Tribuno.
Pero la gente empieza a ponerse de pie y buscar soluciones, para responder a la pregunta planteada en la carta aportada al editor. La defensa comienza con cosas tan sencillas como los talleres de “conocer sus derechos” para inmigrantes. La resistencia se opone a leyes injustas como la recientemente promulgada SB4 de Texas, que penaliza a las comunidades locales que no cooperan con las incursiones federales del ICE y ataca a las disposiciones del santuario.
En una gira recientemente llevada a cabo sobre la falta de vivienda en California, los sin techo están viendo la necesidad de organizarse en sus propios intereses y hacer que el gobierno sea responsable.
Incluso jóvenes universitarios por cuales el multi-millonario creador de Facebook Mark Zuckerberg siente pena, están protestando. Condenados a la deuda de toda la vida por prestamos escolares, fueron participantes activos en las recientes marchas climáticas mundiales, March for Science y líderes en el movimiento Occupy Wall Street.
Como afirma el veterano activista Nativo López de Hermandad Mexicana, luchando por lo que los trabajadores de la misma clase social tienen en común forja alianzas y construye la conciencia social. También señala los peligros de culpar a Trump por todo. Los demócratas no pueden ser mucho mejores. “Mi teoría es que con Trump tienes la cara más viciosa de las políticas de inmigración. Obama [conocido previamente como el Jefe Deportador] representó una “cara feliz”.
La raíz del problema es que el valor de mercado del trabajo humano se está reduciendo a cero, ya que la electrónica y los robots reemplazan cada vez más a los trabajadores. La abundancia producida beneficia a unos pocos. Por ejemplo, seis individuos poseen más riqueza que la mitad de la población mundial. Los trabajadores son cada vez más vistos como prescindibles. Están siendo enfrentados los uno contra los otros para evitar que se unan como clase con intereses separados de los capitalistas.
Para lograr el “sentido de propósito o valor individual” y la “comunidad” que Mark Zuckerberg lamenta se han perdido, “una revolución social debe ser construida sobre la revolución tecnológica que está pasando ante nuestros ojos”. Esto requerirá una organización y educación extensa como lo indica un contribuyente con su carta a los editores.