Alta tecnología amenaza a obreros de construcción

Mark Zuckerberg, fundador de Facebook, afirma que “hay algo que no está bien en nuestro sistema”

Trabajan con las manos y el cerebro. Son obreros calificados en oficios relacionados con la construcción, orgullosos de lo que construyen y de su lugar dentro de la sociedad: carpinteros, electricistas, herreros, estucadores, plomeros e instaladores de tuberías.

Actualmente, unos siete millones de personas se dedican a estos oficios y muchos de ellos son inmigrantes, o hijos e hijas de inmigrantes.

Pero cuando un brazo robótico “imprime” una vivienda, no hay nadie allí colocando ladrillos o enmarcando una pared, ni tampoco colocando el piso o los paneles de yeso. Ni siquiera hay carpinteros construyendo moldes para después chorrear el concreto.

Tal como sucede en muchas industrias, el hecho de “delegar todas las labores más arduas a máquinas inteligentes” significa la pérdida de trabajos calificados. No por un momento, sino para siempre.

Se trata de una revolución, una verdadera revolución. Y las personas que están al tanto de esto tienen plena conciencia de su efecto “perturbador” en el tejido social.

Durante su discurso en la ceremonia de graduación de los estudiantes de Harvard en el mes de mayo, el multimillonario fundador de Facebook, Mark Zuckerberg, de 33 años de edad, dijo a los graduandos lo siguiente: “Cuando nuestros padres se graduaron, el hecho de tener un propósito provenía de tu trabajo, tu iglesia y tu comunidad. Pero ahora, la tecnología y automatización están eliminando muchos puestos de empleo”. Zuckerberg también afirmó que está disminuyendo el sentido de comunidad y “hay mucha gente que se siente desunida y deprimida, y están intentando llenar un vacío en sus vidas”.

Zuckerberg, quien creó Facebook desde su dormitorio universitario y abandonó Harvard antes de graduarse, aseveró que no es culpa de esas personas: “Hay algo que no está bien en nuestro sistema, pues yo me puedo ir de aquí y ganar miles de millones de dólares en 10 años, mientras que millones de estudiantes no pueden ni pagar sus préstamos”.

El reto, según lo explicó, “es crear un mundo en el que todos tengan un propósito” y para lograrlo “debemos explorar ideas como el ingreso básico universal, a fin de dar a todos la oportunidad de intentar nuevas cosas”.

Esto significaría la redistribución de la riqueza: “Gente como yo deberían pagar esto”.

Lo que Zuckerberg no explicó fue la forma en que esta revolución también se lograría — una revolución social creada además de la revolución tecnológica.

Este también es nuestro reto — la reorganización de la sociedad para que todos se beneficien de la abundancia que es posible gracias a la revolución tecnológica.

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