Dibujo: Daniel Villeneuve Thinkstock
Quienes están haciendo posible la revolución de alta tecnología — o al menos alguno de ellos— están asegurando que no solo enfrentamos un futuro sin más puestos de empleo, sino que la solución al problema es obvia: una abundancia de recursos compartida con todos, y así tener suficiente tiempo para hacer cosas interesantes y pasar más tiempo con la familia y los amigos.
Lo que no están diciendo es que esto no será posible hasta que el 99 por ciento — la clase obrera— logre que esto suceda.
Elon Musk, creador del automóvil Tesla, es uno de los grandes innovadores del mundo. Este automóvil tiene tan pocos repuestos que no necesita un mecánico.
Después de revolucionar los automóviles, Musk también tiene pensado revolucionar las fábricas para lograr que la producción sea “10 o 100 veces” más eficaz. Eso significa que se utilizará únicamente un décimo o un centésimo de los trabajadores.
Musk no da marcha atrás sobre lo que esto significa para la humanidad, y no se trata solamente de la falta de puestos de empleo. Tal como lo dijo ante CNBC, “existe una muy buena posibilidad de que terminemos adoptando un ingreso básico universal debido a la automatización”.
Esta idea también la apoya Sam Altman, Presidente de Y Combinator, un influyente grupo de apoyo en el Valle del Silicio para empresas emergentes.
Recientemente, él escribió lo siguiente: “Un mundo en el que la tecnología reemplace a los puestos de empleo existentes y en el que sea necesario un ingreso básico deberá generar una abundancia de recursos”.
Y Combinator estaba anunciando un programa piloto para dar a un pequeño grupo de personas cheques mensuales gratuitos y después estudiar la forma en que gastan el dinero.
Altman aseveró lo siguiente: “Esperamos que un nivel mínimo de seguridad económica dé a la gente la libertad necesaria para continuar con su educación o capacitación, y logre un mejor trabajo y planifique para el futuro”.
De forma similar, Musk explicó a CNBC que a medida que los humanos pierden sus trabajos debido a los robots, “[ellos] tendrán tiempo para hacer otras cosas más complejas e interesantes. Ciertamente, [ellos] tendrán más tiempo libre”.
Esto no es un sueño, sino más bien un plan. Pero no ocurrirá a menos que los obreros del mundo se puedan erguir colectivamente y busquen materializar las más altas aspiraciones.
