¿Quién está en los controles?

Entre los participantes en las protestas contra la brutalidad policial se incluyen aquellos perjudicados por la violencia o la muerte; aquellos que buscan dar apoyo a favor o en contra; aquellos que intencionalmente desean obstruir la unidad en desarrollo entre aquellos que son los más afectados. Este no es el momento de tomar partido, sino de exigir justicia y rendición de cuentas. Seamos claros en nuestras demandas para resolver las muertes y no discutir cuales vidas son más importantes que otras.

Como se ha dicho que todo el dinero del mundo no va a traer de vuelta a la vida a los quienes murieron innecesariamente. La policía tiene equipo militar y la política de disparar a matar, en lugar de evaluar y dar asistencia; están protegiendo sus propias vidas porque también tienen miedo de la muerte. Debemos tomar el tiempo necesario para averiguar instintos asesinos–los motivos y condiciones que convencen a un individuo o a una persona en uniforme a matar.

Nuestro movimiento, nuestra comunidad debe exigir la rendición de cuentas y la supervisión. ¿Qué significa esto? Vamos a tener claro que se trata de nuestros impuestos y fondos públicos que están financiando toda esta violencia contra nuestra juventud y miembros de la comunidad.  Además, es nuestro dinero público que está financiando también las cárceles, prisiones, centros de detención, los abogados de la defensa y la fiscalía pública. Pagamos por los jueces y empleados del tribunal, incluyendo sus sueldos y prestaciones exorbitantes. Estamos pagando por sus equipos de vigilancia y tecnología para vigilar cada paso que damos para mantenernos bajo control.  ¿Acaso somos todos delincuentes o potenciales criminales e infractores de la ley?

La policía y a quienes representan desean controlarnos. Muchas personas creen y tienen la impresión de que la policía nos protege; pero estamos viendo que este no es el caso al menos no para unos y no equitativamente.  Debemos recordar y debemos de afirmar que ellos  trabajan para nosotros. Tenemos derecho a determinar su entrenamiento y revisar sus acciones.  No debemos regalar el poder que es  nuestro. Necesitamos un nuevo sistema que valore la vida; más civilizado que uno de  “ojo por ojo”, de la venganza.

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