Ambos partidos mayores—Demócrata y Republicano—en estado de crisis
La campaña para las elecciones presidenciales de 2016 es de tipo jamás presenciado en EEUU. Los dos partidos políticos principales se encuentran en estado de crisis. Mucha gente se siente abandonada por los políticos y el gobierno, y son atraídos a nuevas caras que aparentan ofrecerles nuevas soluciones a sus problemas.
Sentimientos contra el gobierno y baja aprobación de los políticos electos jamás han sido tan severos como ahorra.
En un extremo, muchos quienes anteriormente vivieron un nivel de vida mejor, pero lo han perdido todo, son atraídos hacia la oratoria demagógica y descarada del multi-millonario Donald Trump. Él culpa a inmigrantes y musulmanes, ataca derechos de mujeres y minoritarios, y emite escasezmente ocultas promociones hacia la violencia en contra de los que públicamente se oponen a él.
Ted Cruz es parecido a Trump en su retórica, a pesar de que su principal fuente de apoyo viene de la extrema derecha religiosa fundamentalista. Ambos sirven de fuente de vergüenza para el tradicional Partido Republicano, que buscaba atraer a más votantes latinos.
Al otro lado en la campaña electoral se encuentra el demócrata socialista Bernie Sanders, quien ha lanzado su candidatura como alternativa al establecimiento del Partido Demócrata, que Hillary Clinton representa. Su candidatura ha hecho la discusión pública del socialismo aceptable.
La juventud y muchos quienes se sienten abandonados por la dirección que ha tomado el Partido Demócrata son atraídos a las posiciones de Bernie Sanders tales como cubertura universal de salud, la matrícula educaciónal sin costo, la reforma migratoria, el obligar a las corporaciones y los adinerados a que contribuyan lo que verdaderamente les corresponde, y otras propuestas que mejoran programas sociales que benefician a gente trabajadora.
Bajo ataque por ambos extremos, los candidatos tradicionales y el liderazgo en sí de ambos partidos Republicano y Demócrata se sienten amenazados.
Hillary Clinton lanzó su candidatura con la promesa de poder ganar por ser mujer con experiencia en el Senado y por su puesto de Secretaria de Estado, y además por ser esposa del expresidente Bill Clinton. Entre otros asuntos, Bernie condena a Hillary por haber aceptado medio millón de dólares por discursos para Wall Street. Posteriormente revelaciones secretas que salieron al público alegan que Hillary le prometió a Wall Street de no oponerse a sus intereses.
Algunos temen que las propuestas de Bernie no son de suficiente alcance. Ademas, sospechan de que su campaña lleva el propósito de capturar el voto de los que no están conforme con la dirección del Partido Demócrata , pero al fin entregarle a Hillary este apoyo, con la amenaza de oponerse a Trump a todo costo. En verdad, Sanders ha dicho que Hillary es “infinitamente mejor que Trump.”
Algunos declaran que a fin de cuentas no votarán si Bernie no gana la nominación del partido Demócrata en junio. Otros dicen que votarán más bien por Donald Trump, tan fuerte que es su oposición a los candidatos tradicionales de ambos partidos.
Entonces, ¿qué es lo que sucede? ¿Qué es el significado de estas elecciones? Ya lo veremos.