Flint, Michigan, una vez orgullosa ciudad de producción automotriz y ciudad natal de la desobediencia civil de los trabajadores, está sufriendo de envenenamiento por plomo, a manos del gobierno del estado. El gerente de emergencias (Emergency Manager) de Flint, nombrado por el gobernador, cambio el suministro del agua del sistema de Detroit (agua del lago) al agua contaminada del Río Flint el 25 de abril de 2014, para “ahorrar dinero”. El agua potable salía marrón y maloliente de la llave haciendo que la gente se enfermara. A pesar de las protestas públicas, la ciudad y el estado no hicieron nada.
Finalmente, en septiembre pasado, los investigadores independientes probaron que había altos niveles de plomo en el agua potable. En octubre, oficiales del Condado declararon una emergencia de salud pública, y el gobernador Snyder, bajo presión, anunció que la ciudad cambiaría de regreso al sistema de agua de Detroit, pero nunca tomó un sólo paso en esa dirección.
Este problema estalló en la conciencia del pueblo norteamericano y atrajo atención al sistema de gerente de emergencias. El sistema EFM (por sus siglas en inglés) es una institución todavía no conocida en el resto de los EE. UU., excepto en algunos distritos escolares en los que han sido asumido el control.
El gerente de emergencias les quita toda autoridad a los gobiernos locales y en su lugar establece una dictadura unipersonal con la autoridad para tomar decisiones financieras para el área, para anular los acuerdos sindicales, suprimir los contratos sindicales existentes y vender los activos de la ciudad para pagar a los banqueros. El sistema de emergencia es la cara del fascismo norteamericano en la era de la economía robótica
Flint, Michigan es un duro recordatorio del estado de la pobreza en los EE. UU. actualmente. En el siglo pasado, Flint fue un centro económicamente viable de producción automotriz, que hacia posible criar a los niños y disfrutar de un futuro económico estable. El cambio de la producción del sur y la introducción de la robótica y electrónica en la década de 1970 cambiaron todo en el estado de Michigan y, de hecho, todo el país. El envenenamiento de plomo de la gente de Flint, Michigan se ha convertido en un punto de convergencia para las masas empobrecidas de los EE.UU. en su lucha por las tarifas de agua potable asequible y la distribución gratuita de agua para aquellas personas que no tienen dinero ni ingresos regulares.
¿Cuál es la solución?
Sólo a través de la propiedad pública la gente puede ser provista de agua limpia y segura independientemente de la capacidad de pago. Flint, Michigan es el hogar de algunos de los más grandes organizadores laborales del período pasado. Sus luchas heroicas levantaron el nivel de vida no sólo para la gente de Michigan, sino para el país entero. Lo que la lucha actual muestra es que en las condiciones de producción robótica nuestra estrategia, nuestra visión y nuestra lucha deben orientarse alrededor de la cuestión de la propiedad y quien controla el estado y el gobierno. En la época anterior las luchas por salarios y condiciones laborales podían ser ganadas porque se necesitaba la mano de obra. Las luchas alrededor de las condiciones de vivienda y la calidad de vida también podían ser ganadas por la misma razón.
Pero las cosas han cambiado. La robótica vuelve al trabajo humano innecesario en este sistema económico. Esto incapacita a los trabajadores a ganar sus demandas bajo este sistema. Por tanto la demanda debe ser por un cambio fundamental de sistema económico a otro.