Más operativos contra bandas de narcotráficantes- o más bien trabajadores callejeros y pandillas de “tiradores” y “sicarios” – han continuado ejecutándose dentro del narcoterritorio ligado al archipiélago puertorriqueño, desde que comenzamos a comentar sobre este tema. La llamada “guerra contra las drogas” continúa figurando en los noticiarios puertorriqueños. Sin embargo, el propio jefe de la policía puertorriqueña ha reconocido que una vez se desmantela uno de los llamados puntos de distribución de drogas los narcotraficantes se reorganizan y montan otro.
Tras el telón de todo este panorama noticioso existe una trama social más complicado y determinante.
Ante el decreciente mercado de trabajo y oportunidades dentro de la llamada economía legal lo informal, es decir lo ilegal, se convierte en la salida más inmediata y atractiva para muchos jóvenes.
Para muestra, las fábricas (cerca de 2,000 en el año 2014) empleaban alrededor de 75,200 personas. En contraste, el negocio del narcotráfico operaba unos 1,600 “puntos” de venta que vinculaban laboralmente a unas 175,000 personas.
Una vez la persona es criminalizada por su participación en la economía del narcotráfico (como agente de la cadena suplidora o como consumidor) y se convierte en cliente que nutre y reproduce a su vez al complejo judicial-carcelario-industrial ,la institución que lo clasifica y sentencia como criminal, 70% de los crímenes que ocurren en la isla están directamente relacionados al narcotráfico según el registro oficial policiaco.
La supuesta guerra contra las drogas es un telón de humo para mantenernos ciegos y aterrorizados, pidiendo orden y protección militar de parte de la mafia política y económica que rige nuestros destinos. Dicha guerra implementa la sentencia que dicta que: si has sido excluído y empobrecido por el sistema económico y político legal dominante; si has tenido que optar por una salida económica ilegal, eres un criminal. Si te conviertes en un trabajador del narcotráfico ilegal entonces te convertirás en victima y victimario de la violenta guerra social que la circunstancia en que vives genera.Si eres un criminal te convertirás entonces en un cliente del sistema carcelario .
Es evidente que en Puerto Rico como en otras partes del globo el narcotráfico ilegal es un problema y una solución fatal. Para el creciente número de jóvenes puertorriqueños que le sirven de carne de cañon al narcotráfico, ya sea como soldados en sus guerras intestinas o como soldados en el simulacro de guerra contra el narcotráfico ilegal, su destino es morir o matar para beneficiar a los multibillonarios que se benefician en ambos escenarios. Mueren más jóvenes boricuas en la guerra por territorio narcotraficante (alrededor de 2,100 del 2010-2013) que en en la supuesta guerra “contra el terrorismo” por hegemonía política imperial, petróleo y otros recursos recursos naturales en países como Afganistán (123 del 2002-2014)
La pregunta de fondo es entonces: ¿ Cual es el problema que continúa empujando a los jóvenes puertorriqueños a caer en soluciones tan fatales?