De la empatía a la revolución

participantes del Foro Social
FORO SOCIAL DE EE.UU. – Otro mundo es posible, otro sistema es necesario
Los guerreros, participantes del Foro Social impulsados por corregir lo malo de la sociedad se congrergaran para planear como lograr no solo un mundo mejor pero otro sistema mejor.
FOTOS: Adrian GArcia, Sandy Perry, Daymon J. Harttley, Steve Eberhardt, Bob Simpson and Cheri Hondala

 

Al contrario de lo que pensamos, este país no tiene un problema de homeless (personas sin techo). En realidad, en el Este de Harlem, Nueva York, muchos edificios se mantienen vacios intencionalmente, por sus dueños. En EE. UU. hogares que han sufrido la pérdida del derecho de redimir su hipoteca, están vacios, tapados con tablas, en posesión de un banco.

No tenemos un problema de homeless. Existen suficientes casas, más de las que pueden ser habitadass. Este problemático está colocado en el abuso de nuestro derecho humano a una vivienda adecuada. El problemático verdadero se basa fundamentalmente en el robo, la codicia y la avaricia en el reparto desigual.

Igual que a mi prójimo, fui instruida que el labor bien aplicado rinde triunfos en viviendas, abundancias, y primordialmente—la garantía de estabilidad. Nunca pude captar el motivo fundamental de mí madre, la persona más laboriosa que conocí, quien infatigable luchó para entregarnos todo eso y mucho más.

Fui criada, instruida, con el apuro de persistir, cueste lo que cueste. Con eso me encamine a Los Ángeles, para lograr mi bachillerato y un futuro prometedor. Tuve éxito y me traslade a la Universidad de Colombia. Ese es el cuento que nos relatan, la versión que la gente apunta y comenta, “! Si ella puede triunfar, tú también puedes”!

De cualquier modo, esto no indica un triunfo, sino un fracaso. La versión real implica la burocracia, la deuda estudiantil, la incapacidad de poder disponer de honorarios escolares, la mensualidad para hospedaje y gastos de manutención, aunque esté trabajando, viviendo con amigos o en un coche; y la depresión y ansiedad producida por estas tensiones de la vida. Yo soy solamente una de un gran número de estudiantes que sobrevivían de ésta manera.

El ideal folklórico que “el trabajo bien aplicado” te puede salvar de la pobreza, se ha comprobado como una idea falsa. De compañeros de salón que son conservativos, de mis compañeros de trabajo, de los foros del “Internet”, he sido testigo a las protestas a estas condiciones.

De cualquier modo, este aumento de empatía y un entendimiento más profundo, está ligado con nuestras condiciones materiales—conocemos y sentimos la cercanía a estas consecuencias. Muchos más reconocemos la necesidad de un nuevo sistema económico, uno que no celebre los triunfos percibidos de unos pocos luchadores, pero un nuevo sistema económico que engendre un nuevo nivel de vida, que nos permitiera alcanzar nuevas capacidades humanas.

Aceptar que un problema existe siempre consiste en el primer paso a la concientización, pero con la empatía, no se puede fundamentar un remedio. Debemos requerir lo que es propiamente nuestro. ¡El derecho a una vivienda es nuestro derecho humano!

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