Entre los movimientos surgidos en las décadas de los 60s y 70s la participación de la juventud tuvo un protagonismo fundamental. Los jóvenes se manifestaron contra una sociedad capitalista, a su modelo de consumismo, a su política interna de discriminación y ante de sus posturas agresoras contra otros países.
La pasión de esta juventud logró el poder político en Estados Unidos con la lucha por los Derechos Civiles, donde no faltaron múltiples enfrentamientos con la policía.
Desgraciadamente, las siguientes generaciones se aletargaron en el individualismo y el descreimiento político causando un retraimiento en la participación de los jóvenes.
Desde entonces la juventud se ha visto marginalizada. La posibilidad de una educación superior se vuelve cada día más inaccesible. No hay trabajos. Corren un gran número de riesgos aumentados por la violencia en las calles.
Por fortuna, la indignación contra los abusos y la corrupción en el sistema social y político, hizo que la juventud despertara de su sentido general de apatía política. Los jóvenes han tomando conciencia de que no están solos, están retomando la acción colectiva como herramienta para hacer sentir su presencia, marchando por las calles en contra de la desigualdad social y las injusticias.
Escuchamos sus voces que exigen mantener a sus familias unidas, como en la campaña por no más deportaciones. Les oímos exigiendo justicia por las muertes absurdas de Michael Brown y Eric Garner a manos de la policía local de Ferguson y New York. Y en lugares donde antes sus voces fueron cubiertas por el silencio, ahora su clamor puede oírse en los cinco continentes por los 43 estudiantes desaparecidos en Ayotzinapa, México.
No cabe duda, un país con una juventud adormecida no tiene futuro. Es importante que la juventud se exprese, colabore con el análisis, participe en protestas y sobretodo, haga propuestas para las iniciativas que puedan solucionar los problemas. Mas no lo olvidemos, educar para una plena participación ciudadana es una tarea para todos nosotros sin divisiones de géneros, razas, “clases” etc. La división deberá venir de entre “dos sectores, los que se comprometen y los que no”. ¡Únete a nosotros en la lucha por un mundo mejor!