México ensombrece ante la desaparición de 43 estudiantes

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Existe una guerra de clases, y nuestros jóvenes en particular están en peligro, ya sea en Ferguson o Ayotzinapa. Hay que luchar por un “gobierno del pueblo, por el pueblo, y para el bien del pueblo” y “el respeto a todo ser humano.”

 

El gobierno mexicano enfrenta una de sus mayores crisis ante la conmoción de la sociedad por la desaparición de 43 estudiantes el pasado septiembre cuando normalistas se dirigían a Iguala para solicitar   fondos, recordando la masacre de estudiantes en Tlatelolco.

El incidente ha puesto en evidencia el estrecho vínculo entre autoridades civiles y la policía con carteles y organizaciones criminales, dejando ver la corrupción y negligencia del gobierno; quien, en un intento por deslindar su responsabilidad expresó que el problema es de Iguala, y no de México.

La falta de interés del presidente Peña Nieto ajeno al problema, su tardía reacción y el mal manejo por parte del gobierno ha hecho que el pueblo solicite su renuncia.

Acorde a investigaciones realizadas por la Procuraduría General la esposa del alcalde de Iguala, quien se disponía dar un discurso pidió a su marido detenga a los jóvenes. Una vez detenidos por la policía de Iguala, fueron entregados a la policía de Cocula quienes los pasaron a miembros del cartel Guerreros Unidos, donde fueron asesinados e incinerardos. Este caso demuestra la escalofriante colaboración que existe entre municipios ante la fragante violación de derechos humanos.

El alcalde y su esposa conocidos como los Macbeth de México por su desmedida ambición y políticas corrosivas amasaron una fortuna vinculada con carteles. Ellos son sólo una muestra de la red corrupta que existe en el país, donde el dinero del narcotráfico y deseo de poder penetración profundamente en el ámbito político se convierte en cómplice de crímenes al tener gobernadores, fiscales, jueces, alcaldes, legisladores como miembros o jefes de carteles. Los narcotraficantes invierten un billón de dólares anuales en sobornos policiacos.

La violencia se degeneró desde la presidencia de Calderón   al comenzar la fallida Guerra Contra el Narcotráfico, que dejó como balance cerca de 90.000 muertos y acorde a “Human Right Watch” 200.000 desaparecidos de los cuales el gobierno reconoce 22.322. El actual gobierno tiene 31.000 muertos a su haber.

Peña Nieto quien se ha centrado en la privatización de la industria petrolera, se ha preocupado por la imagen que México muestra al mundo y no por la realidad. Evita “dar publicidad” a grupos criminales al evadir dar la noticia cuando son capturados y presiona a la prensa para que no hable del tema.

Estados Unidos también es responsable al no tener políticas de control de armamento ya que el 70% de armas usadas en México son de origen norteamericano; así como, ser el consumidor principal de las drogas que se distribuyen desde México a 1286 ciudades   generando $50 billones de ganancia anualmente, convirtiéndolo en el principal distribuidor de mariguana y cocaína.

Mientras la impunidad prevalezca ante la ineficacia del sistema judicial quien no ha castigado a ningún responsable por los 22.322 desaparecidos, la corrupción corroa las esferas políticas,   el gobierno federal no garantice la seguridad de sus ciudadanos; y, los gobiernos locales sigan incrementando su poder con ayuda del hampa y narcotráfico, la historia se repetirá.

Está en manos del pueblo exigir un cambio profundo y la rendición de cuentas.

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