Los EE. UU. se prepara para una guerra civil

Muchas personas consideran que la solución para frenar la violencia policial es más capacitación de los agentes, más reclutamiento de oficiales que pertenezcan a las minorías y el uso de pistolas de descargas eléctricas en vez de armas de fuego. Pero ninguna de estas soluciones propuestas llega hasta la raíz del problema que salió a la luz pública en Ferguson, Missouri. La función básica de las fuerzas policiales es proteger la riqueza privada.

Si bien la policía puede salvar la vida de las personas en ciertas situaciones, en un momento en que se están reduciendo los beneficios sociales, se está eliminando esta función.

Lo que queda es una función al descubierto de proteger a los oligarcas.

La raíz del problema de los asesinatos en manos de la policía es un asunto de tanto de clase y por razones historicas en este país también de raza. En los Estados Unidos, se está amenazando a todas las personas mediante la militarización de la policía. El aumento de estos asesinatos refleja un cambio en el sistema económico, donde el valor de la vida humana está a punto de ser nulo.

Con las computadoras y los robots, el sistema económico ya no necesita a los obreros y ahora nos ve como algo desechable y como una amenaza a la riqueza y el poder.

La militarización de la policía permite que las corporaciones continúen generando ganancias, mientras al mismo tiempo se preparan para un futuro en el que el pueblo llegará a un punto tal que dirá: “Ya es suficiente”.

Pero ya estamos comenzando a fusionarnos en nuestra lucha contra la brutalidad policial. Por ejemplo, en California, una red informal, propiciada por los medios de comunicación social, está estableciendo vínculos entre grupos que se han pronunciado en contra del asesinato de Andy López en el condado de Sonoma y otros que se manifiestan contra asesinatos similares en todo el estado

Y cuando se asesinó a Michael Brown, surgieron manifestaciones no sólo en Ferguson, sino también en todo el territorio nacional.

Cuando las cosas se aplaquen nuevamente, tal como sucedió con el movimiento “Ocupar”, podría parecer que no queda nada de esto. Pero permanecerán estos vínculos y las redes que se han creado, al igual que la comprensión y la indignación del pueblo, y juntos formarán el inicio de la esperanza y la habilidad de luchar por lo que la gente necesita en un nuevo Estados Unidos.

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