Inmigrantes: ¡Bienvenidos a los Estados Unidos!

Los ataques contra ustedes provienen de la oligarquía norteamericana, no del pueblo.

¡Inmigrantes! ¡Bienvenidos! Si nadie más lo ha hecho, permítannos darles la bienvenida a los Estados Unidos. Y permítannos explicar el alboroto que se ha armado—y plantear el mundo mejor que se podría lograr.

Al igual que ustedes, el pueblo estadounidense está siendo abatido por la oligarquía —que es la más hábil del mundo y que ha ofrecido su respaldo a las oligarquías de México y de Centroamérica durante casi un siglo.

Para obtener el apoyo del pueblo, la clase oligárquica estadounidense les permite imaginar que ha sido el propio pueblo el que ha controlado al gobierno. La oligarquía ha respaldado esta idea al pagar altos salarios, mediante el uso de la riqueza que ha extraído de los países de ustedes.

La oligarquía les ha dicho a los estadounidenses que ellos son mejores que cualquier otro pueblo del mundo. Y el pueblo les ha creído.

En años recientes, todo esto ha cambiado. Las oligarquías del mundo han aunado esfuerzos y creado un mercado global —tanto para la mano de obra como para los bienes y el capital. Y la revolución en el campo tecnológico está expulsando a los seres humanos de sus tierras y de las fábricas, donde se les está reemplazando con computadoras y robots.

En los Estados Unidos, la oligarquía ya no tiene la habilidad o el interés de poner a todos a trabajar —o de pagar altos salarios. En vez de ello, la clase oligárquica está desposeyendo al pueblo estadounidense de todo lo que tienen: puestos de empleo, viviendas, ahorros y pensiones.

Esto representa un inmenso choque y el pueblo estadounidense apenas está empezando a percatarlo. El pueblo está incrédulo y temeroso. Su indignación y enojo son sentimientos profundos, aun si los ocultan con frecuencia. Esto, y no ustedes, es la fuente de su ataque contra los inmigrantes.

Debido a que la oligarquía es su propio blanco, la misma debe dividir y conquistar al pueblo estadunidense en contra de sí mismo. Además, debido a que los aliados de este pueblo son los pueblos de América Latina, la oligarquía debe dividirnos y conquistarnos a todos.

Recientemente, una considerable mayoría del pueblo estadounidense se ha dispuesto de forma decisiva a aceptar a los inmigrantes y a fomentar una unidad hemisférica. Esto es algo nuevo y representa una amenaza para la oligarquía.

El propio pueblo estadounidense está muy dividido en torno a este tema. Muchos desean que estas mujeres y estos niños regresen a sus países de origen, mientras que muchos otros quieren acogerlos aquí. Este es un buen momento para que los estadounidenses aprendan una lección importante sobre la unidad.

Si la aprenden, ¿cómo sería un mundo mejor para los estadounidenses? La respuesta es muy sencilla. Actualmente, hay más que suficiente para todos nosotros —alimentos, ropa, vivienda y servicios de salud. Y la nueva tecnología nos permite producir aun más.

Pero por la misma razón, el sistema capitalista de la oligarquía no nos puede emplear a todos o pagarnos tan bien como antes. Por eso, nos deja hambrientos y logra que nos ataquemos mutuamente. Esto se interpone en el camino que debemos recorrer para crear una sociedad abundante en la que se distribuyan las cosas por partes iguales, en la que las fronteras ya no signifiquen nada y las personas no deban abandonar sus tierras ancestrales para buscar su sobrevivencia.

Los pueblos unidos jamás serán vencidos.

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