“Para proteger y servir”

La ola de asesinatos a manos de las fuerzas policiacas extiende desde Salinas, Sonoma, Oakland, Fullerton, Albuquerque, Anaheim. Y solamente señalamos los más recientes hechos. Es un mensaje claro y despiadado para el pueblo norteamericano. Además de dejar atrás un sendero teñido de sangre, y familias destrozadas y afligidas, los asesinatos le están demostrando al pueblo de todo color y origen nacional que son considerados personas sin valor y desechables.

Se les otorga equipo militar en grandes cantidades a las fuerzas policiacas domésticas, conforme se disminuye la presencia militar norteamericana en Afganistán. A la vez, se desarrolla una mentalidad que la nuestra juventud, los desempleados, los indigentes, aun personas que ejercen sus derechos democráticos de protestar—que todos son “enemigos” sujetos a medidas extremas. Solamente en este modo podremos explicar el uso de armas de fuego por parte de la policía de Salinas en contra de los tres latinos recientemente acribillados. Se supone que los “tasers,” armas que descargan toque de electricidad para inmovilizar al presunto criminal, estaban inservibles.

Conforme la mano de obra humana se reemplaza con nueva tecnología—la cual podría beneficiar a la sociedad si estuviera en nuestras manos—las vidas y el porvenir de los que anteriormente producían los bienes de la sociedad pierden en la carrera incesante por las ganancias y la plusvalía. Las corporaciones, y el gobierno que sirve a las corporaciones, y las fuerzas armadas que imponen el pedido de las corporaciones ya han indicado por sus acciones que no se preocupan por alimentar, vestir, y hospedar al pueblo norteamericano ya que no puede pagar. Ahora hasta nos matan.

Es tiempo de hacer algo. Que no se le prive la vida a ni uno más. Familias de las victimas desde Oscar Grant en Oakland, a la familia y apoyadores de Andy Lopez de Santa Rosa, hasta las comunidades de Salinas enfurecidas por las matanzas en sus vecindades, comienzan a unir sus esfuerzos y exigir la justicia. Este es un paso importante e indispensable en nuestra lucha por un mejor mundo donde nadie queda con hambre, donde todos tienen lugar decente y seguro para dormir, donde todo mundo está libre de seguir su sueño de felicidad, donde el medio ambiente se preserva para futuras generaciones, donde existe un mejor futuro para nuestra juventud.

La policía debe de proteger y servir al pueblo, y no a las corporaciones.

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