“Se nos va la vida”, así caracterizó Eulalia Centeno Rámos, maestra de escuela primaria por más de 25 años, la lucha contra el ataque patronal más reciente hacia los obreros de la escuela pública en Puerto Rico.
La víspera de la nochebuena del 2013 será siempre recordada como una noche nefasta para los trabajadores de la educación pública en Puerto Rico. Fue la noche cuando las huestes del gobernador colonial de turno Alejandro García Padilla, conocido popularmente como Agapito García “Pesadilla”, legislaron la llamada reforma del sistema de pensiones. Con esta deforma del sistema de pensiones se verificó la crónica de un saqueo vaticinado por los líderes más militantes del proletariado magisterial, por más de dos años. Ante el siniestro ataque patronal-estatal un masivo y creciente numero de obreros y obreras de la educación,en su mayoría mujeres, continúa expresando su ira en actos de desobediencia civil y piquetes callejeros y en escuelas a través de toda la isla (visite Derogación de la Ley 160 en facebook).
La lucha del magisterio puertorriqueño contra el saqueo de sus pensiones es parte de una emergente ola de luchas proletarias contra la ofensiva patronal a nivel global. Desde el Latinoamérica, en donde los obreros y obreras de la educación, particularmente los mexicanos, han dado cátedra de como luchar contra el binomio del estado corporativo que rije nuestros destinos; hasta “el norte”, desde Los Angeles, Chicago, Nueva York, Paris, Londres, Madrid hasta Atenas: la lucha es la misma.Nuestro enemigo es el mismo: la burguesía financiera que vive de la especulación y la explotación de nuestra energía laboral.
En Puerto Rico, la burguesía financiera interviene directamente en el ataque contra los obreros de la educación presionando al gobierno colonial para que deforme el sistema de pensiones y la escuela pública. Así abren la compuerta a las corporaciones privadas para que se queden con el botín billones de dólares que invierten los trabajadores en pensiones y escuelas. Luego tiran la cortina de humo de la llamada crisis fiscal y declaran en bancarrota lo público, lo que nos pertenece a todos. Entonces los especuladores de la finanzas estallan sus burbujas, nosotros recogemos los platos rotos y ellos-los ricos- se compran una vajilla nueva.
A fin de cuentas Puerto Rico es un microcosmos de una sociedad cuyos avances tecnológicos reemplazan trabajo humano por maquinaria electrónica; mientras los capitalistas requieren cada vez menos trabajadores para generar su ganancia especuladora. Por eso intentan desmantelar la escuela pública.Por eso la educación sigue siendo un derecho en papel mientras de hecho se consolida como un privilegio para los ricos. Por eso nos empujan a la precariedad en el presente y nos roban el futuro de nuestros hijos.
Por eso tenemos que virar la tortilla, aprovechar los avances tecnológicos y rescatar nuestro futuro. Como comadronas, ayudar a parir la nueva sociedad en donde nos organizaremos cooperativamente, para trabajar más productivamente y tener más tiempo para educarnos mejor y disfrutar de la riqueza que producimos colectivamente.