California: Proceso electoral

Si los republicanos presentan suficientes candidatos en las primarias de junio para dividir su voto de forma severa,  el candidato para gobernador por parte del Partido Verde, Luis J.Rodríguez, podría situarse en segundo lugar y enfrentarse en una ronda final al gobernador Jerry Brown.

Esto sería un paso importante en la lucha por un partido político de, por y para el 99 por ciento—en tanto la oligarquía cambia las reglas.

Cuando en el 2010 los californianos adoptaron el sistema estatal de elecciones primarias con los “dos primeros,” tenían la confianza de que este mecanismo fortalecería la democracia. Eso es precisamente lo que les habían dicho.

Lo que no se les informó es que algunas de las corporaciones más grandes del estado—tales como Chevron, Walmart, Oracle, Intel, General Electric y PG&E—estaban financiando la medida.

Sólo los observadores veteranos de Sacramento tuvieron presente que las corporaciones estaban escondiendo su apoyo al canalizar sus contribuciones a través del denominado “Equipo para el Sueño de California” del gobernador Arnold Schwarzenegger.

Bajo el nuevo sistema, cada candidato(a)—de cualquier partido—participa en unas elecciones primarias “abiertas”, a celebrarse en junio. Los dos primeros candidatos que obtengan más votos se incluyen en la papeleta para las elecciones de noviembre.

Públicamente, los partidarios de este sistema de los “dos primeros” informaron a los electores de que la medida daría voz a los votantes independientes en las primarias, al igual que una mayor posibilidad para que los partidos no tradicionales triunfaran.

Pero en privado, quienes respaldaron la medida entonaron una canción muy diferente: el sistema garantizaría que únicamente los candidatos “moderados” estuvieran en las papeletas electorales de noviembre.

“Moderado” se traduce en candidatos a favor de las empresas, a favor de las corporaciones, a favor del capitalismo y de, por y para el 1 por ciento.

Quienes pertenecen a este grupo del 1 por ciento temen profundamente de que en una verdadera democracia, triunfarían los candidatos de, por y para el 99 por ciento—y que ese tipo de gobierno ampliaría la democracia política a la democracia económica, y logaría que la economía funcione por el bien del 99 por ciento.

Todo puede suceder. Pero será necesario que millones de californianos acudan a las urnas en las elecciones primarias—a partir del 2014.

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