¿Por qué los bancos principales de Wall Street infringen tan flagrantemente la ley y desposeen de sus hogares a la clase media de Norteamérica —el sector mejor pagado de la clase obrera?
La respuesta se encuentra en el propio funcionamiento interno del capitalismo, especialmente del capitalismo de hoy.
Una empleada de entre los varios funcionarios del Banco de América que testificaron en Massachusetts (véase la historia anterior) lo explicó claramente: “Era nuestro trabajo maximizar los cargos bancarios… por cualquier medio que pudiéramos”.
Ella explicó las razones por las que el banco denegó el refinanciamiento de hipotecas bajo el programa HAMP del gobierno con un interés del 2 por ciento. El Banco de América deseaba presionar a sus prestatarios a adquirir préstamos al 5 por ciento, a fin de maximizar sus ganancias.
El hecho de maximizar ganancias es una ley subyacente del capitalismo y uno de los criterios principales de toda actividad corporativa. Si una empresa no logra maximizar sus ganancias, la misma perece o sus competidores la consumen.
En el pasado, esta dinámica desencadenó la Revolución Industrial y el rápido crecimiento de los poderes productivos de la humanidad. Actualmente, esto se ha transformado en un cáncer que se alimenta de las masas de personas comunes y corrientes y que impide nuestro desarrollo saludable.
Esto sucede así porque la revolución tecnológica de la era capitalista ha dado origen a que su producción se eleve hasta un nuevo nivel. Cada vez más, las labores sumamente agotadoras que hemos realizado con las máquinas, se están reemplazando con el trabajo de las propias máquinas (robótica).
Pero lo que es un buen momento para la humanidad representa el momento final para el capitalismo. Cuando las nuevas tecnologías reemplazan a los obreros y las personas no pueden hallar trabajo, hay cada vez menos dinero para comprar y no se pueden materializar las ganancias del capitalismo.
Actualmente, esto se está materializando en carne y hueso en toda Norteamérica y el resto del mundo. Y es por eso que los megabancos se han transformado en un cáncer que succiona sus ganancias de la clase media.
Tal como las instituciones, los bancos son necesarios para cualquier economía, lo que incluye una economía de transición. Pero no tienen que ser bancos capitalistas, los cuales maximizan sus ganancias al alimentarse de la gente.
En vez de ello, actualmente los bancos funcionan mejor como servicios públicos esenciales —del, para y por el pueblo. La nueva era exige que nacionalicemos los bancos, ya sea de forma total o al crear nuestros propios bancos públicos, tal como el Bank of North Dakota (Banco de Dakota del Norte), el cual ya tiene un siglo de existencia.
¡Nacionalicemos los bancos!