Foto: Harvey Finkle
Aunque lo acontecido nos trae alegría, especialmente con el asunto de otorgar licencias de manejo, hay que mantenernos alertas. Para poder tomar ventaja de la nueva ley, inmigrantes indocumentados necesitan registrarse con el estado, informándoles de su domicilio exacto. Además, bajo pena de perjurio tienen que declarar que “él o ella no tienen derecho a un número de seguro social y que no pueden someter pruebas satisfactorias de que están aquí legalmente con la autorización de la ley federal.”
Esto indica claramente que el solicitante a una licencia de manejar admite estar en este país ilegalmente. ¿Qué serán las consecuencias si el ambiente político vuelve a cambiar, como ha sucedido en el pasado, y resulta ser hóstil hacia latinos sin documentos?
Mientras que el gobierno por el momento le ofrece licencias de manejo a los inmigrantes indocumentados, necesitamos seguir luchando no sólo para mantener estos éxitos, sino para que éste éxito ayude en la lucha hacía un camino a la ciudadanía, y uno que no sea simplemente una lista que tardará décadas en cumplirse.
