La Ley del “derecho al trabajo” y los latinos

Los derechos de los trabajadores inmigrantes  en los EE.UU. han estado relacionados desde hace mucho a la llamada ley del “derecho al trabajo” y al status social de segunda clase que impera en el suroeste de los EE.UU.

Después de la Guerra Civil de los EE.UU. la oligarquía desarrolló y mantuvo bajos los salarios de la mano de obra en la agricultura del sur y del suroeste.

Más tarde esta táctica se vió amenazada cuando los EE.UU. entraron a la Segunda Guerra Mundial y  necesitaban asegurar la calma en el frente doméstico. En 1935 el Congreso Nacional aprobó el “Acta Wagner” para alentar la sindicalización en los EE.UU. El más radical de los sindicatos, la CIO organizó a los trabajadores del sur y del suroeste.

Al terminar la Segunda Guerra Mundial, la oligarquía estaba lista otra vez para atacar a los trabajadores y, en 1947 aprobó el acta Taft-Hartley para controlar a los  trabajadores y regresar a la táctica de pagar bajos salarios en ésta area agrícola sureña de los EE.UU.

Por eso es que esta ley nacional del “derecho al trabajo” se armó como opción para los estados, lo cual es inusual para una ley federal. La ley del  “derecho al trabajo” se adoptó en el sur pero sobre todo en los estados del suroeste (y en muchos de los estados agrícolas del oeste), pero no en los estados industriales del noreste, oeste medio y costa oeste. En consecuencia, las leyes del “derecho al trabajo” probablemente afectaron a un alto número de trabajadores mexicanos.

Como parte de su contrato social con la oligarquía, la cautiva AFL-CIO, después de la segunda guerra mundial se retira de la sindicalización del sur y del suroeste, por medio de la cual había alcanzado por un momento, los mejores sueldos del mundo y las mejores condiciones de trabajo… y también, la ilusión de alcanzar poder político con el Partido Demócrata.

La aprobación de una ley de “derecho al trabajo” en el 2012 en el estado de Michigan es un ataque frontal a los trabajadores en una área donde ellos fueron más fuertes y es una muestra de los intentos de la oligarquía para llevar a esos trabajadores  -y a todos los trabajadores de los EE.UU.—al nivel de los trabajadores de China y de México.

Esto es sólo una parte de como la oligarquía despoja a la clase trabajadora de los EE.UU., y va de la mano con la pérdida de empleos y beneficios, de todas las pérdidas hipotecarias y, de las pérdidas en el campo de la educación.

La oligarquía puede hacer todo esto , y así lo hace porque los trabajadores de todo mundo, tanto de los de EE.UU., México y el resto de Latino América, están compitiendo no sólo el uno en contra del otro, sino que también a consecuencia de un sistema de producción robótica computarizada que continuamente baja el valor del trabajo por medio de eliminar a trabajadores. Por consecuencia hace a sindicatos casi superfluos.

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