Un peligro para todos

La militarización de la frontera entre México y los EE.UU.

En menos de seis semanas, cuatro trágicas muertes—tres civiles y un agente de la Patrulla Fronteriza—han empañado de nuevo la frontera entre México y los Estados Unidos. En el caso más reciente, el pasado 10 de octubre en Nogales, Sonora, se disparó mortalmente contra José Antonio Elena Rodríguez después de que él presuntamente participara en un incidente en el que se tiraron piedras.

A partir de estas muertes, surgen ciertas preguntas necesarias: ¿Quién está a cargo de aquellos a quienes se les confía la tarea de “proteger la frontera” entre los Estados Unidos y México? ¿Son los mismos agentes que lamentan la muerte de uno de ellos cuando el 2 de octubre dos de éstos abrieron fuego y mataron a uno de sus compañeros en el sur de Arizona?

¿Tuvo algo que ver la falta de liderazgo y de rendición de cuentas en la muerte de una madre de cinco niños el pasado 28 de setiembre en el condado de San Diego? Valeria Munique Tachiquin Alvarado perdió la vida y según los testigos ella intentó alejarse lentamente de los agentes vestidos de civil, los cuales descargaron nueve rondas de tiros en el automóvil de la mujer.

El 3 de septiembre, los agentes de la Patrulla Fronteriza dispararon y mataron a Guillermo Arévalo Pedroza, mientras celebraba el cumpleaños de su esposa al sur de Laredo, Texas. ¿Quién debe rendir cuentas de su muerte? ¿Y con respecto a José Antonio, un muchacho de 16 años abatido por las balas y a quien según los testigos le dispararon por la espalda?

Estos son los últimos incidentes en el marco de un problemático y creciente patrón de abusos y de uso excesivo de la fuerza en manos de los agentes de la Patrulla Fronteriza. Todo esto también refleja la última manifestación de una cultura de impunidad que fomenta la militarización de la frontera entre México y los Estados Unidos.

Estas tragedias son el resultado inevitable de un vacío de liderazgo y la falta de transparencia, rendición de cuentas y supervisión dentro de La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de los Estados Unidos (CBP, por sus siglas en inglés). Desde que el Presidente Obama asumió su cargo, su administración no ha nombrado a un comisionado y el Congreso no ha confirmado a aquellos que han desempeñado una función temporal o provisional.

En efecto, nadie está a cargo de la fuerza policial más grande en los Estados Unidos, mientras éstas flanquean las comunidades fronterizas. Cuatro vidas perdidas, cuatro familias que cambiaron para siempre y una cultura que pone en peligro la seguridad de todos, cada vez más cerca de nuestros propios umbrales. Por eso, no es de extrañarse que todo parezca indicar que la CBP está fuera de control.

Como socio integrante de la Coalición de Comunidades de la Frontera Sur, el AFSC ha trabajado con organizaciones hermanas en toda la frontera entre México y los Estados Unidos, no sólo para destacar estos casos, sino también para cuestionar la cultura de impunidad que permite que aparentemente los agentes fronterizos puedan “salirse con la suya” con relación a estos asesinatos.

La muerte de José Antonio Elena Rodríguez es la decimosexta en manos de la Patrulla Fronteriza durante los últimos dos años y Munique fue la primera mujer y la cuarta persona con ciudadanía estadounidense que matan estos agentes. Ahora, hasta uno de ellos resultó muerto por parte de dos de sus compañeros.

A menos que exijamos que la administración de Obama tome cartas en el asunto, el vacío de liderazgo y de rendición de cuentas sobre estos tiroteos cuestionables continuará poniendo en peligro a los civiles pero también a los propios agentes policiales, y menoscabando nuestros valores más preciados como país, especialmente lo que se refiere al debido proceso de la ley, al igual que a nuestra dignidad y humanidad colectiva.

Pedro Ríos es el director de programas del American Friends Service Committee (Comité de Servicios Amigos Americanos—AFSC) en su oficina de San Diego. Él también preside el San Diego Immigrant Rights Consortium (Consorcio de San Diego para los Derechos de los Inmigrantes).  Se le puede escribir a usmexborder@afsc.org.

 

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