El tema que evitaron tocar

Ni Romney ni Obama abordaron el verdadero problema económico – lograr que las necesidades básicas de la vida se constituyan en un derecho.

El tema principal de las elecciones presidenciales fue la economía. Pero los candidatos ignoraron un tema que es muy obvio—los robots que ahora están reemplazando a los obreros, industria tras industria.

Al calor de la campaña, Mitt Romney, candidato republicano, prometió crear millones de nuevos trabajos al reducir los impuestos de las corporaciones y los ricos. Por su parte, el presidente demócrata Barack Obama prometió crear millones de trabajos al aumentar los gastos en infraestructura, tales como caminos, puentes, escuelas y otras obras similares.

Pero ninguno de los candidatos abordó la pérdida de millones de trabajos, a medida que las corporaciones reemplazan a trabajadores humanos con robots rápidos, móviles y de segunda generación.

De ser así, Obama y Romney hubieran tenido que explicar que esa nueva automatización computarizada significa que cada vez más las corporaciones podrán prescindir de la mano de obra.

Y hubieran tenido que explicar que el asunto político más importante que actualmente enfrenta el pueblo de los Estados Unidos es lo relacionado a la forma de reorganizar a la sociedad para que todos se beneficien del nuevo modo de producción—y que no se permita que nadie quede en la calle y pase hambre.

En vez de ello, ellos demostraron que forman parte del pereciente sistema. Y sus discursos sobre la creación de trabajos fueron una cortina de humo para esconder las realidades que enfrenta la humanidad.

Pero también la papeleta electoral de este año significó el inicio de un nuevo sistema partidista en los Estados Unidos, uno en el que se enfrentan los viejos partidos Demócrata y Republicano, que representan el 1% contra un partido que representa al 99%,  el Partido Verde.

En la campaña, sólo el Partido Verde hizo de las necesidades humanas básicas un derecho—alimentos, vivienda, atención a la salud—independientemente de si la gente tiene un trabajo o no.

Mientras tanto, el presidente del Banco de la Reserva Federal, Ben Bernanke, anunciaba que nuevamente esta institución inyectaría miles de millones de dólares al sistema bancario, para lo cual se comprarían más bonos de viviendas hipotecarias de los bancos a precios inflados.

De forma pública, Bernanke señaló que al dar más dinero a los bancos se crearían trabajos. En vez de ello, la Reserva Federal está devaluando aún más los pocos dólares que la gente todavía posee, al inflar los precios hasta de las cosas más básicas.

Durante dos años, el 1% ha intentado embaucar a la gente para que crean que la economía está en recuperación, pero en realidad casi nadie les cree.

De hecho, al escribir en el diario Wall Street Journal,  Mortimer Zuckerman, un multimillonario especulador de bienes raíces, admitió que “en efecto, estamos experimentando una depresión de la era moderna.”

Él explicó que cuando se reduce la tasa oficial de desempleo, ello obedece a que unos ocho millones de personas han decidido ya no buscar trabajo y no se les cuenta. Al añadirlos—con quienes están trabajando medio tiempo—la tasa del desempleo real asciende a casi el 19 por ciento. Eso aunado al índice de desempleo de los jóvenes entre 16 y 24 años de edad que es el doble que la tasa nacional.

Peor aún, Zuckerman informó que los empleadores están originando bajas en los salarios.

Al igual que Romney y Obama, Zuckerman piensa que la solución es dar más dinero a las corporaciones y reconstruir la infraestructura. Pero al igual que los candidatos presidenciales, él no explica por qué las empresas deben contratar a los obreros cuando resulta más barato utilizar la automatización de alta tecnología.

Con el reemplazo de los trabajadores con robots, el problema no es la creación de trabajos. El problema radica en el establecimiento de una nueva forma para compartir la riqueza. Y cualquier partido de, por y para el 99% de la población  incluirá esto como una de sus prioridades más urgentes.

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