ANAHEIM: La historia de dos ciudades

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http://www.tribunodelpueblo.org/2012/09/anaheim-kids-vs-anaheim-police-department/

 

Los que tienen recursos económicos y los desposeídos, y sus efectos en los servicios comunitarios

Anaheim tiene un largo historial de discriminación racial y de clases y en algún momento se le conoció como “Klanaheim” durante los años 20, debido a la gran cantidad de integrantes del Ku Klux Klan. Más del 70 por ciento de la población está compuesta por minorías (un 53 por ciento de latinos, un 15 por ciento de asiáticos y un 2 por ciento de afroamericanos), las cuales no reciben una parte justa de los recursos que merecen al contribuir con sus impuestos. Se han desviado los ingresos fiscales para prestar asistencia al sector corporativo dentro de la ciudad, mientras que se asignan muy pocos recursos para beneficiar a los residentes de bajos ingresos en las llanuras, en términos de educación, formación vocacional y programas juveniles.

En efecto, los desposeídos que no tienen una verdadera representación política dentro de la ciudad se llevan la peor parte en cuanto a los recursos asignados. Mientras tanto, los políticos, que representan a los pudientes, se benefician del sistema actual al igual que sus benefactores corporativos, los cuales retribuyen a estos políticos al apoyar sus campañas electorales.

La recesión actual ha originado una alta tasa de desempleo en los barrios de bajos ingresos y ahora el 15 por ciento de la población vive por debajo de la línea de pobreza. En particular, los jóvenes de Anaheim han resultado muy afectados por la recesión, ya que la edad media de la población de esta ciudad es de 31 años.

Esto ha creado otros problemas afines, tales como un aumento en la deserción estudiantil en las escuelas de secundaria, la afiliación de los jóvenes a las pandillas, el uso de drogas y una furia enconada en contra de la élite gobernante de la ciudad. Constantemente, el alcalde Tom Tait y el consejo municipal han respondido a estos crecientes problemas sociales con su rechazo y una alta presencia policial que se basa en el tradicional acoso y la fuerza excesiva de sus agentes, a fin de mantener a raya a estas comunidades.

Para empeorar estos problemas, la junta escolar de Anaheim culpa a los estudiantes indocumentados por los problemas existentes dentro del sistema educativo y refuta la necesidad de efectuar alguna reforma. Este reciente brote de protestas y enojo de los latinos ha demostrado el fracaso de estas políticas desiguales de desatención de estos líderes engañosos.

Es necesario que la municipalidad efectúe una serie de cambios fundamentales

Existe un historial de mala conducta y abuso por parte de la policía de Anaheim, ya que los asesinatos recientes no son incidentes aislados e inusuales. No hay ninguna excusa posible para que le dispararan en la nuca a Manuel Díaz, ya que él estaba desarmado y no había cometido ningún crimen. De manera objetiva, tal acción en manos de la policía de Anaheim se trata de una ejecución.

En términos jurídicos, se debe entablar una demanda en contra de la municipalidad por este asesinato y por las prácticas anteriores de caracterización racial y un patrón de acoso dirigido a los residentes de los barrios. Además, se debe ejercer presión política para que el Fiscal del condado de Orange County y el Departamento de Justicia de los Estados Unidos investiguen y presenten cargos por cualquier fechoría evidente, tanto de la policía como de su jefe John Welter.

Será necesaria una lucha política librada por las organizaciones de base, a fin de instituir una junta permanente de revisión policial que sea verdaderamente independiente y objetiva cuando aborde los presuntos casos de abuso dentro de la ciudad y que pueda lograr que los agentes policiales rindan cuentas de sus actos.

Económicamente, deben cambiar drásticamente las prioridades de la ciudad, al igual que el uso que se le da a los recursos fiscales, al eliminar la actual asistencia pública corporativa y en vez de ello centrarse en mejorar el sistema educativo, ofrecer la formación vocacional necesaria y crear programas juveniles que puedan prestar asistencia y evitar la afiliación a las pandillas y el uso de drogas.

Básicamente, los ingresos fiscales de la ciudad deben utilizarse para desarrollar los recursos humanos de los residentes de esta comunidad, en vez de seguir promoviendo las grandes ganancias de los poderes corporativos y financieros de la ciudad.

Hay muchas ciudades como Anaheim en todo el país, cuyos problemas sociales y económicos necesitan una respuesta organizada de la unidad política y la voluntad para resolverlos en el ámbito nacional y local. Se están avivando estas “llamas” sociales, como la de Anaheim, y seguirán surgiendo y extendiéndose hasta que se adopte, se forje y se ponga en práctica un amplio plan preventivo para el cambio.

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