Reflexiones sobre las protestas contra la OTAN

Durante las protestas contra la OTAN, deambulé por las calles de Chicago, no sólo como fotógrafo sino también como alguien que se opone vehemente al militarismo que propugna la OTAN —la forma en que los países poderosos utilizan sus ejércitos (y contratan ejércitos privados) para castigar a muchas naciones y pueblos en todo el mundo a fin de hacer valer su dominio: los asesinatos, los desplazamientos, las desfiguraciones y la malnutrición, todo lo cual es una consecuencia directa de las políticas de la OTAN, al igual que un mayor grado de militarización en nuestro propio país.

Muchos de nosotros nos arriesgamos en Chicago. Logramos colmar  las calles hasta donde podía llegar la vista. Somos personas comunes de todas las condiciones sociales y nuestro propósito fue pronunciarnos a sólo unos cientos de metros de distancia del lugar donde estaban quienes controlan las armas más viles y devastadoras que pueden destruir toda la vida en la Tierra muchas y reiteradas veces.

¡Y no estamos solos en nuestra oposición frente a la OTAN! Además de las miles de personas que tomaron las calles de Chicago, surgieron decenas de manifestaciones de solidaridad  en diversas partes del mundo. Nuestras protestas han desencadenado un diálogo global sobre la OTAN y su política de guerras interminables.

Es posible construir otro mundo, el cual ya está surgiendo. Ahora, el movimiento social representa el inicio de un movimiento masivo que puede reemplazar y reemplazará a la OTAN, al igual que a los banqueros, las corporaciones y nuestros políticos vendidos. Desarrollaremos nuestra independencia política, nos encargaremos de este país, el cual está corrupto,  y reconstruiremos nuestra sociedad y una economía dentro de la cual será prioritario lograr el bienestar de todas las personas y se promoverá la sostenibilidad y la preservación ecológica.

Es posible construir otro mundo y ello está por suceder, pero nuestro futuro no se encuentra predeterminado. Sus hermosas posibilidades no son inevitables. Las corporaciones y los políticos pueden destruir y destruirán la humanidad y el planeta.  Debemos vislumbrar ese mundo que deseamos y luchar en cada paso que demos hacia su verdadera consecución. En las calles de Chicago, donde pude presenciar a muchas personas que se pronunciaban en contra de la OTAN, los asesinos más brutales del mundo, renové mi fe en este movimiento para construir el futuro que necesitamos para que la humanidad pueda sobrevivir y prosperar. ¡Isulong! (¡Adelante con la lucha!)

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