A nuestra comunidad inmigrante aquí en Detroit pienso que es importante salir a las calles a luchar por mejores condiciones de vida para todos; parar las deportaciones y redadas que separan a nuestras familias. Como inmigrantes sin distinción de estatus legal tenemos el derecho de ser tratados como seres humanos, con todos nuestros derechos porque trabajamos arduamente para contribuir con esta sociedad. Es el momento que nos escuchen, que nos vean, que salgamos de lo oscuro. Porque el vivir con miedo todo el tiempo no es vivir. Aquí en Detroit estamos pasando una etapa muy difíci—los trabajos están escaseando. Cada día hay más gente viviendo en las calles. Quieren cerrar las escuelas públicas, las quieren cerrar para privatizar la educación. Pero con todas esas dificultades hay mucha gente que quiere participar y luchar por tener una comunidad más justa para todos.