Video: Pasarse de la raya en la frontera (Crossing the line at the border) | Need to Know | PBS
Hace quince años, el 20 de mayo, Esequiel Hernández, un jovén quién cuidaba borregos para su familia fue balaceado a muerte por una tropa de la marina de los Estados Unidos quienes participaban en una operación clandestina en contra de drogas en Redford, Texas situado en la frontera con México. Cuando sucedió el incidente fatal en 1997, la muerte del jovén de 18 años de edad, ciudadano estadounidense, expusó la cruel verdad acerca del riesgo de poner “botas en la tierra,” cual en realidad es una política no bien formulada en vigor por décadas por medio de presidentes estadounidenses de ambos partidos.
Sin excepción, en su presentación de estado de la unión el presidente Obama se refirió a la política fronteriza, incluyendo la frase de aumentar “botas en la tierra” como indicación de su política firme acerca de la seguridad en la frontera. Con la militarización de comunidades enteras, se ve la pérdida de derechos, menos protecciones constitucionales, y peor, la muerte.
Con 21,370 agentes de la patrulla fronteriza , y más de 21,00 agentes aduanales situados en los puertos de entrada, incidentes que envuelven el exceso de fuerza han aumentado en los últimos años. Estos suceden con poca vigilancia, investigación, o supervisión, o medidas para evitar ultrajes o para hacer la agencia responsable por incidentes de maltrato o de conducta abusiva.
Lo extraordinario del caso de Esequiel no fue de que murió a consecuencia de una operación en la frontera. Históricamente casos del uso de fuerza excesiva por agentes fronterizos que resultan en la muerte son comunes en la frontera.,Pero lo importante, es que envolvió a tropas de la marina estadounidense en operaciones clandestinas en terreno nacional.
En 1997, habían un total de 11,966 agentes de la patrulla y de la aduana, un número que se ha cuadruplicado hoy día. Desde el asesinato de Esequiel, el presupuesto de la patrulla fronteriza ha aumentado hasta $12 billones para el año 2013, en 1997 eran $900 millones.
A pesar de que la muerte de Esequiel paró el uso de tropas militares estadounidenses en comunidades fronterizas, éstas han regresado con mucho afán en el año 2006. Esto fue justificado por la Guerra en contra del Terror, y ahora hay 21,000 agentes fronterizos y de la aduana.
En años recientes, se le ha prestado más atención a incidentes que tratan de brutalidad a manos de la patrulla fronteriza. En 2010 por ejemplo, Anastacio Hernandez Rojas, un padre de 5 hijos nacidos en los EE.UU y un residente de 27 años de la ciudad de San Diego fue mortalmente lesionado a causa de golpiza y electrocución por ellos. Según testigos, no menos de20 agentes de diferentes uniformes participaron en el ataque.
Anastacio murió tres días después. Una semana después del caso de Anastacio, un agente fronterizo balacio a muerte a Sergio Adrián Hernández Guereca de 15 años cuando se regresaba a México después de intentar cruzars a los Estados Unidos. Hasta la fecha no se han movido investigaciones de ambos incidentes por el Departamento de Justicia.
Otros incidentes no resueltos incluyen; el 28 de febrero, 2011 (Alejandro Perez-Martínez, balaceado a muerte por agentes fronterizos en Whatcom County, Washington); el 21 marzo, 2011 (Carlos la Madrid, ciudadano estadounidense balaceado a muerte por agentes fronterizos en el sur de Arizona); y el 20 de junio (Jose Alfreso Yañez, balaceado en la cara por agentes fronterizos aun en México, y declarado muerto allí mismo).
La brutalidad de la patrulla fronteriza, que se lleva a cabo por políticas pésimas de enforzamiento calculadas a obligar a migrantes arriesgarse en desiertos peligrosos, y por agentes fronterizos protegidos por una cultura de impunidad, continúa siendo la ley de la tierra.
El reporte caustico (www.cultureofcruelty.org) por el grupo humanitario “No Màs Muertes” (NO MORE DEATHS) hace un argumento que los abusos cometidos por la patrulla fronteriza son comunes, sistemáticos, y parte de la cultura institucionalizada que promueve las prioridades de enforzamiento fronterizo.
Pero a pesar de esto, las comunidades fronterizas se están uniendo en los estados fronterizos del norte y del sur para desafiar la narrativa principal acerca de la frontera y para brindar una perspectiva basada en la premisa básica que todo ser humano debe de ser tratado con dignidad. Para más información acerca de cómo participar, visite: http://soboco.org/.