¡Nacionalicemos los Bancos! ¡Recobremos nuestras viviendas!

A medida que se profundiza la crisis económica, algunos de los bancos más grandes del mundo están apareciendo para controlar una proporción dominante de las viviendas de este país.

Y son sólo unos cuantos — el Banco de América, Citibank, JP Morgan Chase, Wells Fargo y el Deutsche (Banco Alemán). Todos pertenecen a los principales oligarcas del mundo.

En conjunto, estos bancos poseen una gran parte de las hipotecas de este país o se encargan de las mismas en nombre de sus clientes más ricos.

Estos bancos ejecutan las hipotecas, venden las propiedades a sí mismos, desalojan a los arrendatarios o a los propietarios de estas viviendas.

Estos bancos han depositado un gran porcentaje de sus hipotecas en agencias cuasi-federales — Fannie Mae y Freddy Mac. Con esto se permite que los contribuyentes asuman la carga de cualquier pérdida, pero los bancos mantienen un alto grado de control.

Tal como sucede en otras áreas, los bancos actúan como desean, haciendo caso omiso a la legalidad y a las necesidades de las gran cantidad de personas que utilizan verdaderamente las viviendas.

Par salir del gran desorden que ocasionaron cuando aprobaron hipotecas con trampas a muchas personas ingenuas y confiadas, los bancos se asignaron a sí mismos un trillón de dólares en préstamos de rescate, utilizando al Secretario de Hacienda para que atemorizara al Congreso y así lograr su sujeción.

Con la caída resultante, ellos han destruido literalmente trillones de dólares de la riqueza perteneciente a la clase obrera de los Estados Unidos. Ello empezó con los miles de millones que perdieron los latinos — a quienes los bancos aseguraron que podían comprar su sueño americano a través de una hipoteca de alto riesgo.

Durante la Gran Depresión de los años 1930, cuando los pequeños bancos locales de la época ejecutaron las hipotecas, era usual que al menos dejaran que las personas se quedaran en sus hogares y los alquilaran.

Actualmente, los grandes bancos están expulsando a todo el mundo y no permiten que la gente se quede para alquilar las viviendas. Ni siquiera es posible comunicarse con ellos. Por naturaleza, su único interés es financiero: maximizar las ganancias o minimizar las pérdidas.

En Cleveland, el Banco de América está destruyendo con excavadoras los hogares cuyas hipotecas ha ejecutado y está abandonando los lotes a manos de los gobiernos locales, a fin de evitar pagar impuestos. En Los Ángeles, el Banco Deutsche se ha transformado en el propietario más grande de viviendas en los barrios pobres de la ciudad.

La gente de este país debe tomar el control de nuestros bancos —hay que nacionalizarlos. Asimismo, debemos recuperar nuestras viviendas, arreglarlas y lograr que estén disponibles para las personas que las necesitan.

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