¿Es el fracaso de las escuelas o de los dirigentes?

Desde la década de 1980, las fábricas en todo el sur de California se han venido cerrando o reduciendo, y muchas se han trasladado a otros países en los que los salarios son más bajos, o en los que se utiliza la tecnología para reemplazar a los obreros.

Sus dueños corporativos tomaron esta decisión para aumentar sus ganancias, lo cual les ha funcionado, ya que los ricos se han enriquecido más al crear desempleo y reducir los salarios de aquellos que todavía tienen la suerte de tener un trabajo.

Ahora, en vez de estas industrias, observamos grandes cadenas de tiendas y centros comerciales que reemplazan los trabajos industriales de tiempo completo y bien remunerados con puestos en tiendas como Walmart y Starbucks, las cuales pagan el sueldo mínimo.

Algo similar a este terrible cambio está sucediendo dentro de la educación pública. El financiamiento de las escuelas resultó afectado cuando la denominada Proposición 13 redujo drásticamente los impuestos a la propiedad de las empresas y los bienes inmuebles comerciales, lo cual generó un impacto devastador en la educación pública.

¿En manos de quién quedó el dinero? Los que eran millonarios se convirtieron en multimillonarios, mientras que los salarios se redujeron más y aumentó la tasa de desempleo. Estamos presenciando la mayor transferencia de riqueza posible en la historia. Esta riqueza está pasando del pueblo a manos de las empresas. Es por ello que los servicios esenciales están experimentando recortes — ¡porque nos están robando!

En California — el estado que en algún momento tuvo el mejor sistema educativo del país, y quizás del mundo — durante décadas, la educación pública no ha recibido suficientes fondos. Las matrículas en la Universidad Estatal de California y en la Universidad de California se han triplicado.

Ahora esta camarilla de multimillonarios desea que les entreguemos nuestras escuelas. Proclamándose a sí mismas como verdaderos reformadores educativos, algunas de las personas más ricas del mundo — Eli Broad, Bill Gates y la familia Walton (Walmart), entre otros — han financiado un movimiento de escuelas semiautónomas (charter) que reemplaza el control comunitario y la rendición gubernamental de cuentas con el control de la oligarquía.

Este es un ataque político al papel del propio gobierno. Para maximizar las ganancias en un momento en que el que ha surgido una crisis mundial histórica, la oligarquía debe cambiar el papel del gobierno, a fin de que éste deje de servir a las necesidades de las personas y esté en función de las necesidades del capital, a expensas del pueblo.

Con ello, la oligarquía altera el papel del propio pueblo. Si los comités escolares no pueden abordar la crisis presupuestaria, ¿quién lo hará? “Nosotros, el pueblo” tendremos que decidir si nuestro gobierno será para nosotros o para los capitalistas.

La buena noticia es que existe suficiente dinero para financiar una educación pública gratuita y de calidad. Nos la han robado y necesitamos recuperarla.

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