1° de mayo del 2011: ¿Cómo proceder?

¿Cuándo lograremos una reforma migratoria? ¿Por qué se está atacando a los obreros organizados?

Nuevamente este primero de mayo, acudimos a la marcha y a la manifestación para pronunciarnos a favor de una reforma migratoria. Fuimos a la marcha y a la manifestación contra los ataques del programa de estudios étnicos de Arizona. Marchamos para protestar por las leyes promulgadas contra los sindicatos en varios estados como Michigan, Wisconsin, Indiana, y Ohio.

Pero después de concluir las marchas y las manifestaciones, las legislaturas estatales todavía están tomando acciones para eliminar los derechos de los obreros y equilibrar los

presupuestos estatales a costa de los trabajadores. Y los inmigrantes y sus familias continúan sufriendo graves violaciones a sus derechos por parte de los empleadores, los agentes del ICE, y los cuerpos policiales.

¿Cuándo lograremos una reforma migratoria? ¿Por qué se está atacando a los obreros organizados? ¿Qué está sucediendo con el “sueño americano”?

La respuesta se encuentra en el cambio memorable que está ocurriendo en la economía. Las computadoras y los robots están rápidamente repmplazando a los obreros. El uso de estas nuevas herramientas por parte de las corporaciones – y todo lo que se origina con esto – ha dado paso a una época de revolución social, de grandes cambios sociales.

Este proceso inició a finales de los años 70. Actualmente, los cambios que se experimentan paso a paso en la producción están aniquilando, también paso a paso, los puestos de empleo y no sólo hasta que termine la recesión, sino de forma permanente. La relación histórica entre los obreros y los capitalistas se está quebrantando cualitativamente con la robótica. Y ya no hay marcha atrás.

Esto significa que la oligarquía capitalista y sus corporaciones necesitan cada vez menos una fuerza laboral saludable y bien remunerada. El resultado final es que las personas sin

trabajo, o con muy poco trabajo, no tienen dinero suficiente para adquirir automóviles, viviendas, refrigeradoras, alimentos – las necesidades de la vida.

Debido a todo esto, se está propagando el descontento entre los obreros y la oligarquía teme que se unan y muestren su fuerza en el ámbito político. Históricamente, en tiempos de crisis, los capitalistas han utilizado el tema migratorio para dividir y conquistar, de forma similar a cómo usan el tema racial para poner a los negros en contra de los blancos. Los capitalistas utilizan a los trabajadores inmigrantes como chivos expiatorios de todos los males de la sociedad.

También históricamente, las personas nacidas en los Estados Unidos que son más susceptibles a la propagada antiinmigrante han sido los trabajadores que ven en las nuevas formas del capitalismo una amenaza a su estilo de vida. Se les hace creer que los inmigrantes tienen la culpa.

Actualmente, los medios corporativos de comunicación están trabajando horas extras para hacer creer a las personas originarias de los Estados Unidos que los inmigrantes les están arrebatando sus trabajos y utilizando las prestaciones y los beneficios del gobierno sin pagar nada.

Anteriormente, una vez que la clase capitalista lograba sus objetivos económicos y políticos, desaparecían los ataques contra la población inmigrante y se lograba establecer una tregua temporal.

La mayor parte de los grupos inmigrantes más antiguos – procedentes de Irlanda, Italia, y Europa Oriental – ya se han integrado a la corriente principal de la población estadounidense.

Pero actualmente, esto es diferente. El cambio de una industria en función de la mano de obra a una computarizada, en la que se reemplaza a los obreros, está empujando a todos hacia la agonía de una revolución social.

Actualmente, ni los capitalistas y ni los obreros pueden ser simples espectadores.

Todos nos estamos viendo obligados a tomar una postura u otra, si es que deseamos sobrevivir.

Actualmente, tanto los republicanos como los demócratas están usando el ataque contra los inmigrantes como una forma para persuadir a los estadounidenses a que respalden sus agendas respectivas – para anular las leyes y los programas que han beneficiado a los trabajadores y salvar el “pellejo” de los capitalistas.

Pero la verdadera lucha no es entre los inmigrantes y los originarios de este país, o entre los negros y los blancos. El factor primordial es la clase.

O nos unimos como obreros, independientemente del color, el credo o el origen nacional, o bien, la oligarquía nos extinguirá bajo la dinámica de este cambio.

Pero hay una alternativa. La nueva tecnología que reemplaza la mano de obra ha creado la posibilidad de lograr un mundo de gran abundancia para todos. Con ello, es posible establecer una sociedad cooperativa en la cual todos pueden beneficiarse de la riqueza generada.

Este nuevo mundo es posible, pero solo puede establecerse si la producción ya no está en manos de la oligarquía y la organizamos de forma tal que podamos ofrecer una situación de bienestar para todos.

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